«Hacemos un gran maridaje con la Sinfónica aunque seamos amateur

FErnando Molezún A CORUÑA / LA VOZ

CARBALLO

MARCOS MÍGUEZ

Está preparando la celebración del vigésimo aniversario de los coros de la OSG

18 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Ha estado relacionado con el coro de la Orquesta Sinfónica de Galicia -que este 2018 cumple 20 años- desde el principio y ha impulsado la creación del coro joven y el de niños, un legado formativo del que se siente particularmente orgulloso. Ahora prepara el concierto de Navidad de Padre Rubinos de este miércoles.

-Ha estado al frente del coro desde su origen.

-Asistí al nacimiento del coro. Incluso estuve en las primeras audiciones, como parte del tribunal. Pero el primer medio año lo dirigió James Ross, músico de la Sinfónica. Después cogí yo las riendas en la temporada siguiente. Y hasta ahora.

-Vino a completar a la Sinfónica.

-Supuso una novedad importante en el panorama español, porque la Sinfónica fue la primera orquesta que optó por crear su propio coro de aficionados, no profesional. En Madrid sí que hay algún coro profesional vinculado a alguna orquesta, pero de aficionados, fuimos pioneros. Fue idea de Víctor Pablo, quería poder contar con un coro que apoyase a la orquesta y cubrir así los repertorios sinfónico corales.

-Sorprende que se refiera a los miembros del coro como aficionados.

-Pero es que es así. Unos tienen conocimientos musicales y otros no. El reto y la meta desde los inicios fue ser un coro amateur que pudiese acompañar a una orquesta profesional. Pero cuidado, no a una orquesta cualquiera, sino a una del nivel de nuestra Sinfónica.

-¿Y han conseguido alcanzar ese nivel?

-Yo no me atrevería a decir que estamos a la altura de la Sinfónica, porque esta está a un nivel altísimo, pero desde luego que acompañamos y no molestamos, si me permites la expresión. Hacemos un buen maridaje a pesar de que nosotros seamos amateurs. Pero nos volcamos como profesionales con cada programa.

-¿Cómo han conseguido llegar a ese grado de profesionalidad?

-Afortunadamente, hemos tenido una regularidad que nos ha permitido ir afianzándonos poco a poco. Ya no necesitamos el refuerzo de los coros profesionales que venían de Madrid, Barcelona o Valencia. Nuestro coro ha afrontado por sí solo obras de la envergadura del Réquiem de Verdi, la novena sinfonía de Beethoven o al segunda de Mahler. Al no ser profesionales, la gente canta para divertirse. Pero se trata de un divertimento en un contexto de profesionalidad. O, al menos, de profesionalidad amateur. De ahí mi interés por crear esa escuela coral con el Coro de Niños y el Coro Joven. Hoy en día podemos presumir de que hay miembros del coro grande de la Sinfónica que empezaron en el de niños. Esto es lo más importante y lo que más satisfacción me proporciona.

-Se le ve orgulloso...

-Claro, pero el mérito no es mio, en absoluto. Es del sacrificio, los esfuerzos, la disciplina y la solidaridad de todos los miembros del coro. Y así lo he dicho infinidad de veces. Pero es que es cierto. Hay gente que viene de Vigo, de Pontevedra, de Ourense... De todos los rincones de Galicia y que se suman a nuestro proyecto por pura pasión, aunque ello conlleve limitar sus actividades de ocio o su vida familiar, porque tienen que venir a ensayar los fines de semana. Y hemos conseguido estar m uy unidos, funcionar como un equipo, lo que es fundamental para un coro como el nuestro.

Huella en toda Galicia. El papel desempeñado por el Coro de la Sinfónica va más allá de la propia orquesta: «En estos años he notado un cambio importante en Galicia respecto a su larga historia coral, ha subido significativamente el nivel, y creo que nuestro coro tiene algo que ver en esto. Es nuestra aportación social y pedagógica de la que debemos estar orgullosos», explica Company.

«El coro tiene miembros de toda Galicia y debe estar presente en todo su territorio»

 

 

Pasado mañana Joan Company protagonizará una de las citas musicales ineludibles de la Navidad coruñesa, el concierto benéfico de Padre Rubinos, en el que dirigirá a la OSG y, claro, a su coro.

-¿Qué tienen preparado para el concierto del miércoles?

-El programa obedece a lo que es un concierto de corte navideño, con música popular y asequible para que llegue a todo el mundo. Pero también para que la disfrutemos los que la interpretamos. Sobre todo va dirigida a satisfacer a un público general, que es el que suele asistir a este tipo de conciertos, no es el público del ciclo de abono.

-Contará, por supuesto, con su coro...

-Estará la plantilla habitual del coro, aunque para esta ocasión tan especial he querido sumarle también el Coro Joven, que es una de las cosas de las que más orgulloso me siento, de que el coro haya creado escuela que haya formación, una escuela coral. Y me hubiera gustado tener también a los niños encima del escenario para este concierto, pero no ha sido posible por cuestiones de capacidad, porque también repetiremos este concierto en Vigo, y el escenario no da para tanto.

-En este 2018 que está a la vuelta de la esquina cumplirán 20 años. ¿Habrá celebración?

-Espero que sí. Ya entre enero y junio, además de nuestros compromisos con la Sinfónica de Galicia, tenemos conciertos a capela o con acompañamiento de piano u órgano, en la catedral de Santiago, en Pontevedra, en Ferrol y, por supuesto, en A Coruña. Es nuestra manera de agradecer su trabajo a todos los miembros que vienen de diferentes partes de Galicia, en cierto modo debemos estar presentes en todo el territorio gallego.