Un bombeo excesivo de agua desde As Encrobas puede dañar el río Barcés

m. CARNEIRO A CORUÑA / LA VOZ

CARBALLO

José Manuel Casal

«Una descarga excesiva podría afectar al lecho del río», alerta el geólogo que estudia el lago de As Encrobas desde hace nueve años

24 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«El río no es una tubería», advierte el geólogo Jordi Delgado. El bombeo de agua de la superficie del lago de As Encrobas al Barcés para transportarla hasta el embalse de Cecebre deberá someterse a una planificación estricta y fundamentada para no dañar el cauce ni el frágil ecosistema fluvial.

«Los cambios de caudal han de ser leves, porque una descarga excesiva puede afectar al lecho si se arrastran sedimentos, que son el sustrato de microorganismos y plantas», explica el investigador de la UDC que desde hace 9 años estudia el comportamiento y la calidad del agua que inundó la vieja mina hasta su estado actual, alojada en un lago artificial de 205 metros de profundidad.

De la capa superficial, de características muy similares al agua que discurre por los cauces que nutren la gigantesca balsa, se captará en los próximos días una cantidad superior a 500 litros por segundo para equilibrar el déficit que soporta Cecebre, que recibe 700 litros del Mero y el Barcés y entrega 1.200 para abastecer al área metropolitana.

Las bombas que subirán el agua permitirán regular el caudal y provocarán un descenso de la lámina que también está calculado. La inundación de los terrenos iniciada en el 2008 culminó el 29 de abril del 2016 y ese hito no podía haber ocurrido una semana antes ni después: fue el día que el lago alcanzó la altura justa para rebosar por el viejo cauce del Barcés.

Advierten de posibles turbiedades por una parada técnica en una potabilizadora

Emalcsa inició ayer una parada técnica en la planta potabilizadora de A Telva que se prolongará durante dos semanas, sin afectar al servicio normal y sin relación alguna con el inminente bombeo de agua del lago de As Encrobas hasta el río Barcés, aseguraron fuentes de la compañía.

Se trata de una operación rutinaria para limpiar los decantadores de una de las tres plantas que integran el complejo de A Telva, que obliga a aumentar el caudal de bombeo de sus otros dos sistemas de impulsión, lo que podría motivar episodios de turbiedad, advirtió el Concello de Culleredo.

Antes de la parada, Emalcsa llenó el vaso del depósito de A Choeira para aumentar la reserva a 500 metros cúbicos y afrontar los picos de consumo.