Los ganaderos cobraron por la leche el precio más elevado en tres años, aliviando la delicada situación

Xoán R. Alvite MAZARICOS / LA VOZ

CARBALLO

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«As cousas aínda teñen moito que mellorar para poder vivir dignamente da nosa profesión», señala Óscar Blanco, presidente de Gandeiros de Mazaricos

18 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Tras casi tres años sumidas en una profunda crisis de rentabilidad -para muchos la peor de la historia reciente del sector- las explotaciones lácteas parece que empiezan a levantar cabeza. La razón no es otra que la línea ascendiente que viene registrando el precio de la leche desde el último trimestre del 2016, y que alcanzó durante el mes de septiembre, último período liquidado hasta el momento por las industrias, los 31,1 céntimos por litro. Esta cifra, aunque lejos de los 33 céntimos en los que varios estudios sitúan el umbral mínimo de rentabilidad de las granjas de la zona, es la más elevada que se registra desde diciembre del 2014.

Esta circunstancia ha devuelto el optimismo a los profesionales de la comarca y les ha permitido aliviar la delicada situación de tesorería por la que atravesaban tras verse obligados a aumentar su nivel de endeudamiento -algunas fuentes lo sitúan por encima del 25%- durante el último trienio. «As cousas aínda teñen moito que mellorar para que poidamos vivir dignamente da nosa profesión», señala Óscar Blanco, presidente de Gandeiros de Mazaricos, que añade: «Pero, loxicamente, todo o que sexa mellorar é ben recibido. Sobre todo despois dos anos tan malos que tivemos que pasar».

Para este ganadero, que alude a un reciente informe publicado por la propia Comisión Europea en la que se recoge esta premisa, lo lógico sería que el precio de la leche en origen siguiese subiendo durante los próximos meses. Esta afirmación se sustenta en la buena evolución que vienen teniendo en los mercados mundiales derivados lácteos industriales como la leche en polvo, el queso y, sobre todo, la mantequilla. De hecho, este último producto ha duplicado su precio en el último año debido a la creciente demanda que existe a nivel global.

 

Si a finales del 2015, coincidiendo con la supresión de las cuotas lácteas en Europa, se registraba un exceso de leche en los mercados mundiales -en algún punto se alcanzó un incremento interanual de la producción de más del 15%- ahora sucede justo lo contrario. Razón que parece empujar los precios al alza y que también se beneficia del factor estacional, dado que durante los meses de otoño e invierno se produce un descenso significativo del volumen de leche que sale de las granjas, que coincide con un aumento del consumo entre la población.