«Las enfermedades cardiovasculares tienen un enorme coste social»

FErnando Molezún A CORUÑA / LA VOZ

CARBALLO

MARCOS MÍGUEZ

El cardiólogo José Ángel Rodríguez hablará el miércoles de hábitos cardiosaludables en la sede de Afundación, en A Coruña

13 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El cardiólogo José Ángel Rodríguez Fernández, coordinador del Área Clínica y Hospitalización del Servicio de Cardiología del Chuac, ofrecerá este miércoles a las 20 horas, en la sede de Afundación (A Coruña), una charla titulada Reglas de oro para alcanzar una buena salud cardiovascular; conferencia inscrita dentro del ciclo de Charlas Saludables organizadas por La Voz de Galicia y la Xerencia de Xestión Integrada de A Coruña. La entrada es libre.

-Me temo que esas reglas más o menos las conocemos, pero lo difícil es aplicarlas.

-Espero contar pocas cosas nuevas, pero no por eso hay que dejar de contarlas. Y, sobre todo, quiero eliminar algunos factores de confusión. Porque alrededor de todo esto hay mucha teoría general pero muy poco conocimiento científico. Lo que sí tenemos es una serie de recomendaciones basadas en su mayor parte en evidencias científicas -y la otra parte, sobre la que no existen estas evidencias, basada en consejos de expertos-, que después se traducen en unas guías clínicas que tienen por objeto mejorar las medidas de prevención cardiovascular.

-Habla de prevención.

-Es que ese es nuestro objetivo. La sanidad pública se ha enfocado primordialmente en la atención de los problemas agudos, lo que es el extremo final de la falta de prevención, lo que es comprensible. Hablamos de infartos, ictus, arteriopatía periférica... Todas las manifestaciones de enfermedad arterial que afectan a diversos órganos cuando las medidas de prevención no fueron eficaces o simplemente no se aplicaron. Pero ahora queremos darle un vuelco a la situación, poner el foco no en el paciente, sino en la población general. Es lo que se está haciendo en las sociedades científicas de todo el mundo Instaurar medidas de prevención poblacional con la intención de reducir la tasa de infartos, ictus...

-Eso obedece a que ha trascendido el plano sanitario y se ha convertido en un problema social.

-Es que en los países occidentales es la primera causa de mortalidad. En el hombre, las enfermedades vasculares que afectan al corazón; y en la mujer las cerebrovasculares. Queremos reducir la incidencia de estas enfermedades, de entrada, porque es más barato evitarlas que tratarlas. Pero a eso súmale que estamos hablando de una población cada vez más joven, laboralmente activa, por lo que tiene una gran repercusión social y económica, ya que son profesionales que van a estar de baja laboral o, en el peor de los casos, incapacitados por las secuelas que les ha dejado la enfermedad.

-¿A quiénes se dirigen estos mensajes de prevención?

-La prevención se dirige a tres dianas. La primera es la población que ya ha tenido un evento cardiovascular. Tiene que cambiar su estilo de vida para evitar que se repita. La segunda diana sería la población adulta, que es la que es más difícil de convencer. Es muy complicado convencer a alguien de que cambie sus hábitos, su vida, cuando tiene ya 40 o 50 años y no le ha pasado nunca nada. Y la tercera diana, que es la más importante, son los jóvenes y los niños. Ahí entran las escuelas, las familias, la administración... Si eres capaz de cambiar los hábitos de los niños, en una generación cambiarás los toda la población.

«No hay que ser un talibán con los hábitos saludables, solo tener sentido común»

El cardiólogo aboga por transmitir un cambio de vida paulatino, sin radicalismos.

-Una de las reglas fundamentales es la actividad física. Pero, ¿cuánto deporte tenemos que hacer?

-Cuando hablamos de actividad física no nos referimos solo al deporte. Hay muchos trucos cotidianos para moverse más, como aparcar el coche más lejos de nuestro destino, bajarse del autobús una parada antes, evitar usar el ascensor... Esto sumado a una serie de metas asequibles, como la de los 10.000 pasos, genera un cambio de actitud y de hábitos.

-¿Qué es eso de los 10.000 pasos?

-Es una estrategia que se ha hecho muy popular. 10.000 pasos al día es una medida de actividad física beneficiosa desde el punto de vista cardiovascular. Eso son unos cinco kilómetros caminados al día, pero ahora todos los teléfonos pueden medir los pasos que damos. No te creas que es tan fácil, según el trabajo que tengas. Lo más seguro es que tengas que hacer algo a mayores, una pequeña ruta. Esto funciona como reto. Además, es una manera de luchar contra el sobrepeso y la diabetes.

-Siendo sincero, eso de los buenos hábitos no suena especialmente divertido...

-Esto no significa que no puedas darte un homenaje de vez en cuando. Hay que ser feliz, eso es fundamental. Y cuanto mayor te haces las satisfacciones van concentrándose en pocas cosas. Así que no hay que ser un talibán con todo esto. Lo que hay que tener es sentido común, generar una monotonía de hábitos que, de vez en cuando, puedes alterar por una cuestión meramente placentera, sin sentirte mal por ello. Pero la rutina debe ser saludable, no vale vivir en un homenaje perpetuo.