«Lo que más necesita el que está enfermo es empatía. Más si está solo y es extranjero»

R. Domínguez A CORUÑA / LA VOZ

CARBALLO

MARCOS MÍGUEZ

Cruceristas, marineros, estudiantes... son el centro de atención de un servicio dirigido a pacientes foráneos

06 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

A Anabel Costa Villaverde (Reino Unido, 1971) ser hija de la emigración le dio un idioma con el que hoy hace un trabajo que «me encanta», asegura. Es coordinadora de bienestar del departamento Internacional de HM Hospitales y, aunque tiene despacho en el Modelo, es más fácil encontrarla visitando a pacientes con una característica común: son extranjeros, enfermos, y están solos en un país del que, a menudo, ni siquiera comprenden el idioma.

-¿Cuál es la misión de un servicio internacional en un hospital?

-Coger al paciente extranjero al entrar por la puerta y llevarlo de la mano hasta que sale.

-No son solo intérpretes..

-No, no. Aunque las seis personas del departamento dominan varios idiomas con fluidez porque han vivido fuera. Nuestro trabajo es prestar atención integral las 24 horas, solucionando cualquier problema aunque no sea de salud, que para eso están los equipos médicos. Estamos para ayudarles en cualquier gestión, por supuesto para entenderse con los médicos, pero también para muchas otras cosas.

-¿Por ejemplo?

-Pues... una cosa tan simple como entender los menús. Para ellos puede ser un mundo, están muy solos y no están bien. Nosotros de lo que más atendemos son cruceristas, y también tripulantes, que a menudo son mayores, se encuentran desubicados... En los tripulantes, por ejemplo, cuando vino el Ventura nos entraron cinco, entre ellos una bailarina de a bordo. Los tripulantes a veces están nueve meses embarcados y aprovechan cuando recalan en puerto para ir a una consulta, a por recetas, al oculista... Nosotros se lo buscamos y procuramos atención rápida para que no pierdan el barco y puedan volver a embarcar en el día.

-¿De qué nacionalidades son?

-¡Buff!, más de treinta. Aquí te das cuenta de que no somos nada. Hemos atendido a gentes de países que casi no sabíamos ni que existían. La gran suerte es que por el mundo adelante casi todo el mundo habla inglés. Vemos a mucho estudiante Erasmus, o que vienen a hacer de niñeras para aprender el español, profesores, profesionales de Inditex... Todos viajan con seguro. Eso es muy importante, porque en determinados países como EE. UU. según lo que te pase puedes quedarte a dos velas. En Santiago atendemos a muchos peregrinos de todas las esquinas del mundo. Hay gente de 80 años haciendo el camino. Vimos a uno enfermo que llegó andando con pulmonía desde el País Vasco, por una promesa.

-¿Qué necesitan?

-El que está enfermo, lo que más, la empatía. Más si está solo y es extranjero. Hay que ponerse en su lugar, y aunque no te entiendan, un gesto amable tranquiliza mucho. Todos los empleados de nuestro hospital colaboran. Entrar en la habitación cuando vas a limpiar con un ‘¡good morning!’ a veces ya hace mucho.