Arranca la campaña de ensilado de maíz mermada por la sequía y por los ataques de los jabalíes

Xoán Ramón Alvite Alvite
X. R. Alvite MAZARICOS / LA VOZ

CARBALLO

ALVITE

La superficie cultivada aumenta cada año debido a que el coste para el ganadero es bastante reducido

12 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Todo apuntaba a que el 2017 iba a ser un año excepcional para el cultivo del maíz, algunos incluso auguraban una cosecha histórica habida cuenta de las bonanzas climatológicas de la primavera y el espectacular crecimiento y desarrollo que venía experimentando la planta. Sin embargo, esas previsiones tan optimistas distan mucho de que vayan a cumplirse y los miles de hectáreas sembradas con esta gramínea en la comarca darán, finalmente, un rendimiento similar al de campañas precedentes.

La ausencia total de lluvias en agosto, fundamental para una buena formación de la mazorca, y los continuados ataques de los jabalíes que en distintas zonas dejaron inservibles un buen número de fincas, han condicionado un cultivo que estos días empieza a recolectarse en gran parte de la comarca. «Durante todo o mes de agosto, apenas houbo humidade e o millo resentiuse por tanta seca. Vense moitas fincas onde a planta está moi queimada e a espiga non chegou a encher totalmente por esta falta de auga», apunta Óscar Blanco, presidente de la entidad Gandeiros de Mazaricos, que también engloba a ganaderos de Outes y de otros municipios limítrofes.

Este productor lácteo se muestra especialmente crítico con la gestión del jabalí que viene llevando a cabo la Administración autonómica. «Dá a impresión de que temos que ser os gandeiros os que manteñamos o xabaril co froito dos nosos cultivos. As axudas da Xunta son insignificantes e as medidas que se puxeron en marcha para controlar a especie son claramente insuficientes. A este ritmo vai ser imposible cultivar nada de tanto como medra o número de xabarís no monte», lamenta el responsable de la entidad ganadera, la mayor de Galicia de ámbito municipal.

La superficie cultivada aumenta cada año por el coste asumible

Las granjas de la zona emplean entre veinte y treinta kilos de silo de maíz por cabeza de ganado y día, lo que supondría un desembolso importante de dinero si la gramínea tuviese que ser reemplazada por concentrados alimenticios.

Es precisamente por su coste razonable -entre 2 y 3,5 céntimos por kilo- que la superficie dedicada a este cultivo aumente anualmente.

Tanto es así que muchos ganaderos incluso optan por alquilar parcelas en municipios limítrofes para poder dedicarlas única y exclusivamente al cultivo de este producto.

La gran cantidad de terreno sembrado y la necesidad de realizar el trabajo lo antes posible propicia que, la mayoría de los agricultores, opten por contratar los trabajos de recolección a empresas especializadas, puesto que estas disponen de enormes máquinas que reducen la duración de una de las tareas más importantes de cuantas se llevan a cabo en el campo de la comarca.