La memoria de la emigración a Suiza sobrevive en los bares de la comarca

Sofía caamaño / s.g. CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

Alba Romero

Cafeterías, restaurantes y otros negocios dan fe de la intensa influencia helvética

13 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Si algo tienen en común miles de familias de Galicia en general y de la Costa da Morte en particular es un pasado migratorio a América hasta la primera mitad del siglo XX y a Europa a partir de la segunda (y hasta hoy). Sobre todo, a Suiza.

Este espíritu migratorio se percibe en las calles de las distintas localidades a través de establecimientos que guardan en su nombre estos recuerdos del pasado. Destacan los locales con referencias a ciudades suizas. Ginebra, Berna, Zurich o Laussane son, entre otros muchos, algunos de los lugares que dejaron huella en la memoria de muchos trabajadores que decidieron regresar. Aún hoy, la Costa da Morte sigue siendo la principal comarca española en el país helvético.

En Laxe, el restaurante Zurich lleva abierto desde 1978. Lo fundaron Isabel Pose Souto y Manuel Varela Pérez, que fallecieron a los dos años de iniciarse en esta andadura. A cargo del local se quedó la hermana de Isabel, Ana, que es la dueña actual del establecimiento. No recuerda con exactitud cuando partieron destino Zurich su hermana y cuñado, pero «debiu ser fai uns 50 anos». No puede asegurar exactamente donde trabajaron durante el tiempo que pasaron en Suiza, pero cree que en alguna ocupación relacionada con el mundo de las fábricas. Cuando volvieron, decidieron montar un restaurante «porque era o que se facía nesa época». Ana se puso al mando del local en el año 81 y asegura: «En ningún momento se me pasou pola cabeza cambiarlle o nome. Para nós é o que era, e eles eran e seguen sendo eles». A pesar de que cree que un Zurich en Laxe puede resultar extraño en un primer momento, «a xente acaba por adaptarse».

También se adaptaron a un taller mecánico llamado Lausanne los habitantes de Lamas-Zas. Paulino Ferreiro se fue para esta ciudad suiza en 1987 «porque aquí ganaba moi pouco». Emigró ya con contrato de trabajo asegurado y se pasó cinco años en Laussane trabajando en la construción, soldaduras y mantenimiento. Cuando se fue, su hijo, que se quedaba en Galicia, tenía tres meses. Paulino dice que llevó mejor el estar separado de él que su mujer porque «eu xa estaba acostumado». Cuenta que ellos volvían a España de vacaciones durante el invierno y el niño iba a visitarlos a Suiza por el verano. «Antes non había teléfonos móbiles como agora, entón iamos todos os domingos a un bar que estaba en fronte da nosa casa para poder chamalo desde o fixo».

Para él, el choque más grande fue el idioma. «Funme para alí sen ter nin idea de francés e pouco a pouco fun aprendendo. Aínda que agora case me olvidei de todo. Entendo o que me din e podo lelo, pero cústame falar porque está oxidado». El taller lo abrieron en el año 2000, y como ya había otro que llevaba el nombre de su pueblo allí al lado, decidieron llamarle Laussane «porque foi o lugar no que vivimos todos eses anos». Aún no ha vuelto de visita, «pero gustaríame».

Locales que mantienen su nombre original

No son estos los únicos establecimientos con nombres helvético en la comarca. El Montreux en Baio y el Suiza en Paiosaco son otros ejemplos. Aunque ya no están regentados por sus fundadores, mantienen el nombre original. A pesar de que la gran mayoría de los locales son bares, en Cee existe una cristalería con el nombre de la ciudad de Vevey.