Siguen las asambleas en Suiza

Santiago Garrido Rial
Santi Garrido CRÓNICA SOCIAL

CARBALLO

09 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

A menudo, con el paso de los días, o más bien de las semanas y los meses, temas que despiertan un enorme interés se van calmando, casi olvidando. Reaccionamos más a lo inmediato, la vehemencia suele ser inversamente proporcional a la memoria. Eso ocurre como norma general, pero hay excepciones. Por ejemplo, las multitudinarias asambleas celebradas en centros españoles y gallegos repartidos por toda Suiza, sobre todo a principios de año y en febrero, a cuenta del intercambio automático de información fiscal. Resumiéndolo mucho: que hay que declarar los bienes en España. Generó tal ansia de información que las reuniones fueron multitudinarias, algunas de cientos de personas. Ni siquiera cuando cerraron el consulado de Basilea, lo que desde entonces obliga a desplazarse hasta Berna para trámites que hasta entonces estaban casi al lado, hubo tantas en la concentración de protesta. Tal vez lo más parecido fue cuando, en enero del 2002, los trabajadores de la construcción se movilizaron para lograr beneficios en su jubilación, adelantando la edad del retiro. Reunieron en Basilea unos 1.500 trabajadores, la mayor parte de la zona. La fuerza tuvo éxito.

Poco más. Cuando lo de cobrar de un pago el segundo pilar, la movilización fue silenciosa, personal y familiar. No se notó en las calles, salvo en las de la comarca, con centenares de regresos. Decenas de ellos aún se arrepienten, bastantes lograron volver, otros ya no. Así que lo de declarar los bienes está siendo un hito en cuando a participación e inquietud social, como lo es para portugueses e italianos, los otros grandes colectivos de emigrantes (y para el resto de europeos, pero no forman tanta masa crítica).

Y no, no se olvida. Siguen esos actos. Hoy habrá uno más en Zúrich, en el local de la muy activa entidad cultural As Xeitosiñas. Lo particular de la cita de hoy es que se trata de la primera que hay que repetir en el mismo lugar porque la primera vez muchísima gente se quedó fuera. Eso da una idea de la preocupación que genera. Así que hoy, a las 10.00, muchos emigrantes de la zona y de otros puntos de Galicia escucharán muy atentos las explicaciones del gestor patrimonial José Arcos Pazos, con la moderación José Gil Doval, un histórico de la representación gallega en la ciudad más grande de Suiza. Y seguramente hay más charlas aún pendientes. Si algo ha generado la nueva emigración de los últimos cinco años es que, además de los destinos tradicionales desde los años 60, se van creando otros puntos de interés en áreas más rurales, en las que poco a poco se tejen relaciones gracias al origen común, la cultura, la gastronomía o el deporte. O la memoria de Galicia, que aquí sí que funciona.