Crisis en el Laracha El técnico argentino señala a un pequeño grupo de jugadores como principales responsables de su repentino cese del martes
27 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Más tranquilo y con la situación asimilada. Carlos Brizzola prefirió guardar silencio y esperar a escuchar la versión del club y los jugadores. La versión oficial dice que no se estaban cumpliendo los objetivos, pero la clasificación -con el Laracha a solo tres puntos de los puestos de ascenso a Tercera- señala lo contrario,
«El martes por la mañana recibo una llamada de Canito -José Manuel Ceide, presidente del club- y me dice que tiene que hablar conmigo. Me dijo que había tenido una reunión con la plantilla el lunes». Así comienza el relato de Brizzola. «Al principio me decía que había sido con todos. Al final solo eran diez o doce hombres», continúa. Después de ese encuentro sucedió. El argentino dejaba de ser el técnico larachés.
Cara a cara, el martes por la tarde Canito y Brizzola solucionaban los últimos flecos profesionales que los unían y pusieron fin a una relación de más de un año. «En persona me comentó que se me despedía por no cumplir los objetivos, pero no estoy de acuerdo con eso. Canito me asegura que quiere al equipo más arriba». Brizzola cogió al Laracha al borde de la Primera Autonómica hace un año: «Me contrataron para solucionar una situación deportiva; y lo hice».
El técnico argentino señala que varios jugadores se pusieron en contacto con él para interesarse por lo ocurrido: «Me llegaron mensajes y me decían que hasta el entreno del martes no se habían enterado». Pese a todo, Brizzola asegura que «no es la primera vez que pasa algo así en este equipo», y apunta que «es probable que con Félix sucediese algo similar», motivado por la cercanía de un grupo de futbolistas con el presidente.