«Nunca tanto percebe vin nas pedras como despois daquilo, era como ir apañar a herba»

La Voz

CARBALLO

XESÚS BÚA

Berbané Toba Vilela tenía 26 años cuando ocurrió el «Prestige»

10 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Bernabé Toba Vilela -sus apellidos hablan a las claras de dónde es- tenía 26 años cuando ocurrió lo del Prestige y llevaba trabajando en el mar con su padre desde los 12. Ahora, con 40, acaba de construir una lancha nueva, Benusi, que une su nombre con el de su esposa y su hija, tiene dos empleados y hace balance.

«Dicíase que ía matar toda clase de marisco, desaparecer a pesca,... Bo non foi dende logo, pero eu nunca tanto percebe vin nas pedras como despois daquilo, era como ir apañar a herba», relata.

Aunque hoy día ve el mar recuperado, aún se encuentra chapapote y recuerda todo aquello como una etapa lucrativa y rara. «Cobrábamos 1.200 euros por estar na casa, 600 por embarcación e 700 por ir limpar. Para algunha familia que tiña catro ou cinco persoas rexistradas na embarcación era moito diñeiro. De feito algún se ve un petrolero espérao cun canón na Barca [risas], pero eu prefiro ir traballar. Se non é percebe é polbo ou congreo, pero non podo estar quedo», dice.