Tres grúas solitarias y mucho cemento

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

La instalación de Lourido lleva casi un año sin actividad. El paso del tiempo comienza a hacer mella en el material

21 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde lejos, las tres grandes grúas dan una sensación de actividad que no se corresponde con la realidad: están tan paradas como el proyecto. Comparando su colocación actual con una del 9 de noviembre del año pasado, da la sensación de que no se han movido un centímetro, aunque seguramente sea una coincidencia visual. Fue a principios de diciembre cuando los operarios de Tragsa dejaron de trabajar en el recinto, aunque tal vez para entonces ya no les hacía falta.

También desde lejos, y más desde cerca, la imagen recuerda mucho a decenas de edificios abandonados a medias hacia uno y otro lado de la carretera principal de Fuerteventura, donde tantos muxiáns y vecinos de la Costa da Morte han trabajado en la construcción. Incluso el escalonamiento sobre el terreno. Los demás efectos, igual: vigas que se van oxidando, pozas, leves (por ahora) deterioros de materiales... Seguramente nada que no pueda arreglarse con una actuación decidida desde que la necesaria modificación del proyecto pase por el Consejo de Ministros, que hasta ahí ha de llegar (y ya se verá si pasa o no cuando se forme Gobierno). Un escollo más en un larguísimo camino de 13 años, cuyos frutos verán los hijos de aquellos que pelearon mucho por tenerlo.