La Festa da Carballeira de Zas encara una nueva era con el éxito de la 33.ª edición

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Todos los cambios introducidos fueron muy bien acogidos por el público

08 ago 2016 . Actualizado a las 14:00 h.

Fue una Carballeira de dos días, con más metal del acostumbrado y con una nueva junta directiva, por lo que se puede hablar de una nueva era para una celebración musical que este año alcanzó su 33. ª edición. Fue la misma, pero distinta. Había que renovarse, según dijo ayer David Rial, que solo lleva tres meses como presidente de Castro-Meda. Hubo cambios y el público los aceptó con agrado.

Se arriesgaron los organizadores con la sesión vermú y el concierto del viernes, pero la respuesta fue extraordinaria y Mägo de Oz resultó ser un reclamo para mucha gente no asistía asiduamente a la cita folk.

Aunque Steve’n’ Seagulls y Skerryvore eran dos de los platos fuertes del programa, los grupos que animaron las primeras horas de la tarde cumplieron su función perfectamente y Cé Orquestra Pantasma aportó mucha animación y se llevó de calle al público infantil.

Tras la foliada, Pelepau comenzó a calentar los motores para una noche que se habría de alargar más de lo previsto, lo que redujo notablemente el público durante la actuación de Andrés Penabad, aunque los incondicionales resistieron. Cuando salió al escenario pasaban de las cinco de la madrugada y la mitad de los espectadores ya se habían rendido.

Los nuevos ritmos y la viveza de Pelepau hicieron que el programa arrancara de forma agradable, dando paso a Luar na Lubre, que volvió para saldar los problemas de sonido de la pasada edición. El grupo, junto con Castro-Meda, rindió homenaje a Xulio Gerpe, recientemente fallecido. La familia de este zasense residente en Córdoba, pero incondicional de la Carballeira, recogió los aplausos del público y un obsequio.

Luar na Lubre

La actuación de Luar na Lubre reunió temas de casi toda su carrera, desde Torre de Breogán a Chove en Santiago, pasando por La Molinera, de Extra:Mundi, su último trabajo discográfico. Antes de terminar con Camariñas, contaron con la colaboración del gaiteiro Javier Celada, que les acompañó en Son do ar, y de Andrés Penabad, que cerró el programa musical de la 33.ª Carballeira.

Steve’n’ Seagulls, de Finlandia, llamaron la atención por su presentación en escena y por los aires country de sus vestimentas (uno de los componentes llevaba una piel de zorro en la cabeza), pero sobre todo por el sonido del banjo, que daba un estilo de folk americano a las versiones de temas muy conocidos de Queen o Metálica. Hasta las cuatro de la madrugada el grupo mantuvo la atención del público sin problemas. Los escoceses de Skerryvore estaban por llegar y finalmente lo hicieron. Para entonces parte del público se había retirado ya, pero la inmensa mayoría se quedó para disfrutar de un grupo muy aseado musicalmente hablando, que hace un folk de nuevo cuño, incorporando al rock el violín y la gaita escocesa, en un registro similar al del mítico Wolfstone. Ya eran más de las cinco cuando se bajaron del escenario para dar paso a Andrés Penabad.

Tarde

Fidel Otero, portavoz de la Festa da Carballeira, reconoció que se habían producido retrasos a causa de las pruebas de sonido, pero aseguró que los incondicionales de la fiesta se quedaron hasta el final. Mostró su satisfacción, en nombre de los organizadores, por el éxito obtenido y reconoció que «era hora dun cambio. Levabamos doce anos e a xente estaba un pouco aburrida do formato». A pesar de todo, señaló que este año había cierto miedo por los cambios introducidos.

Los más puristas se quejaron, aunque poco, de que este año hubo más metal que folk, pero estos parecen ser los nuevos tiempos de la Carballeira y, por el momento, nada parece indicar que no sean del agrado del público, que fue más heterogéneo en la segunda jornada, la más tradicional. El viernes, Mägo de Oz atrajo a muchos de sus seguidores, también de fuera de la zona.