«Rafael Romero es más que nuestro médico, siempre está ahí»

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

CARBALLO

Pilar Fernández presidente la asociación Tras Ril San.
Pilar Fernández presidente la asociación Tras Ril San. sandra alonso

La entidad Tras Ril San le hará un homenaje al doctor en la reunión de mayo

28 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La comunidad que integra la gran familia de los trasplantados de riñón volverá a reunirse en mayo para «celebrar la reunión anual, que para nosotros es una fiesta» en la que se juntan los enfermos trasplantados y sus familias. Pilar Fernández López, presidenta de la Asociación de Trasplantados Tras Ril San, apunta que «este año tendrá un aliciente más»: a finales del pasado año se «jubiló el doctor Rafael Romero, que es más que nuestro médico. Es como un médico de familia, que está siempre ahí, y que incluso en los peores momentos y ante los pacientes en peor estado, es capaz de insuflar esperanza y dar ánimos». La implicación del nefrólogo Rafael Romero Burgos le «vale el respeto de todos los enfermos y de sus familias». Por su experiencia personal, Pilar sabe que «todos» están de acuerdo en el homenaje al doctor «porque se ha implicado en todos los casos»: «Nunca nos dijo no a nada, siempre que le pedimos su presencia en charlas o en visitas a colegios o centros estuvo ahí».

Desde la asociación se están planteando hacer otras acciones para «visibilizar» la necesidad de la donación de órganos, como una marcha benéfica en otoño, y así poder poner en marcha actividades dirigidas a los enfermos. «Ahora tenemos pocos recursos, y llevar adelante acciones es complicado, porque tendríamos que adelantar el dinero y esperar, o más bien confiar, en que la subvención llegue más tarde. Nosotros somos una asociación pequeña, aunque tenemos 300 socios», explica. Actualmente, «solo la Diputación nos mantiene alguna ayuda. Solo las grandes pueden permitirse adelantar los pagos. Nosotros, cuando hacemos charlas o vamos a los colegios, lo hacemos con la colaboración desinteresada de la gente».

Fernández también se lamenta de la falta de «implicación» en las acciones de la Asociación. «Muchas personas, en las reuniones anuales nos dicen que contemos con ellos, que les llamemos, y nos agradecen el esfuerzo, pero cuando llega el momento de hacer algo, siempre hay excusas. La gente más joven no se implica casi nada».

Incluso la instalación de mesas para «conseguir nuevos donantes se ha complicado». Además, explica Fernández, «un enfermo no puede estar muchas horas allí. Haría falta más gente, pero no hay participación suficiente». La presidenta recuerda que en los primeros años de la asociación «éramos los que más donantes conseguíamos», pero ahora el número ha bajado por las dificultades para salir a la calle. «Si antes se hacían cien donantes, ahora como mucho son treinta», lo que viene a demostrar la caída de la capacidad de la asociación para hacer su trabajo «debido fundamentalmente a la falta de colaboración en general». Pilar cree que es «muy importante que la gente sea consciente de lo importante que es la donación para salvar la vida de otras personas». En la pérdida de influencia de la asociación, considera que también influye el hecho de que en el Hospital Clínico de Santiago se hagan «muchos menos trasplantes que antes.» El peso lo lleva A Coruña. En la capital provincial se realizan trasplantes entre vivos, y es una práctica que en Compostela está aún comenzando a desarrollarse.