Se enfrenta a su mandato con la preocupación de los efectos de la crisis en el sector
14 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.El decano del Colegio Oficial de Químicos de Galicia, Antonio Macho Senra (A Coruña, 1953), ha sido recientemente elegido para presidir el Consejo General de Colegios de Químicos de España, una responsabilidad que ha aceptado con un propósito claro: ayudar a los más jóvenes «para que no se encuentren con las trabas y dificultades que tuvimos que superar los de mi generación».
-¿Tan complicado era entrar en el mercado laboral para un químico?
-Cuando nosotros abordamos nuestra inserción laboral, dentro del mundo de la química no había muchas salidas profesionales. Por eso la gente de nuestra generación echó siempre en falta ese apoyo del colegio. Y cuando ya tuve un asiento profesional firme quise echar una mano a los que vienen detrás para que se encontrasen con menos inconvenientes de los que me encontré yo.
-¿Y cómo pretenden prestar esa ayuda?
-Haciendo que el colegio sea un puente entre la universidad y las empresas. Es lo que le da su razón de ser. La universidad tiene la función de dar una formación académica, pero en muchos casos no se corresponde con las necesidades de la industria. Y quienes conocemos esas necesidades somos los profesionales. Si no tendemos ese puente seguirá yendo la universidad por un lado y el mercado laboral por otro. Las empresas tienen que ser competitivas, y para ello necesitan gente cualificada que le resuelva los problemas. Y ese debería ser el papel de la universidad, formar en esas áreas concretas, además de para investigación. El 96 % de las empresas químicas son pymes. Ahí es donde trabajamos los químicos, no solo en las grandes refinerías.
-¿Les preocupa mucho el plano formativo, el papel de las universidades?
-Mucho, porque los estudios han cambiado a partir de Bolonia, y las formaciones que se imparten ahora no son las mismas que se impartían en las licenciaturas en química tradicional. No solo no es la misma formación, sino que han aparecido otras titulaciones parejas a nuestra formación académica y eso ha hecho que aumente la competitividad profesional en las distintas áreas. Es un problema al que tenemos que enfrentarnos ahora.
-Los últimos datos aseguran que el sector químico genera en torno a unos 540.000 empleos directos e indirectos, y que en los últimos meses se han registrado 10.000 nuevos asalariados. ¿No afecta la crisis al sector?
-Claro que hay crisis. Se han creado esos puestos, pero es que en España hay 3.100 empresas del sector químico, y son muchas. Los datos del año 2014 reflejan que el sector ha sido el segundo exportador tras la alimentación y ha generado el 12,4 % del PIB español. Es el segundo sector industrial de España y estamos presentes en todos los órdenes productivos. Trabajamos en el ámbito de la sanidad, en la fabricación y control de medicamentos y cosméticos, en aguas mineromedicinales, en protección de la salud pública, en laboratorios de toxicología y antidopaje, en el mundo de la seguridad alimentaria, en control de calidad de las aguas, en juguetes, en la construcción, en recursos geológicos, en medio ambiente, automóviles, pinturas...
-Desde luego, no todo el mundo es consciente de esta omnipresencia.
-Nunca hemos tenido el reconocimiento que merecemos. De los químicos solo se habla cuando se entrega el Premio Nobel. No se percibe que estamos presentes en el día a día de cualquier ciudadano. Quizá sea culpa nuestra, porque no hemos sabido transmitir cuál es nuestro trabajo, qué es lo que hacemos para mejorar la calidad de vida de la sociedad civil.