Punta Langosteira recibe un mercante averiado que tuvo que traspasar su carga a otro buque

E. Mouzo A CORUÑA / LA VOZ

CARBALLO

El «Wilson Gdynia, a la izquierda, abarloado al «Pietro Benedetti».
El «Wilson Gdynia, a la izquierda, abarloado al «Pietro Benedetti».

La operación de atraque resultó todo un éxito.

07 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Las nuevas instalaciones portuarias de punta Langosteira, en el litoral costero de Arteixo, continúan, día a día, incrementando su actividad comercial, además de prestarse como un auténtico puerto refugio para atender casos de emergencia.

Fue lo que ocurrió ayer cuando el bulkarrier Pietro Benedetti, un buque de 132,2 metros de eslora y 15,87 de manga, que sufrió una avería cuando navegaba desde Estados Unidos al puerto de A Coruña y tuvo que ser remolcado hasta el muelle del puerto exterior.

La operación de atraque del buque, que contó con el apoyo de uno de los técnicos de Prácticos de La Coruña y de los miembros de Amarradores, de la firma Marítima Global Service, resultó todo un éxito.

El Pietro Benedetti navegaba hasta la dársena coruñesa con unas 7.000 toneladas de carbón de coque, un derivado del petróleo. El 50 % del cargamento, es decir, unas 3.500 toneladas tenían, y tuvieron, como destino las instalaciones de la consignataria coruñesa Marítima Consiflet, pero el resto debía continuar con rumbo al puerto holandés de Róterdam.

Sin embargo, la avería, que en un principio parecía de poca entidad y que podía ser reparada en el mismo atraque del puerto exterior, era de mayor envergadura y las 3.500 toneladas de coque que iban para Holanda debían de llegar en tiempo y forma.

Preparadas

Pues así fue, ya que las nuevas instalaciones portuarias de Punta Langosteira están perfectamente preparadas para que un buque, independiente de sus dimensiones, se abarloe a otro, se pegue a otro, y pueda transbordarse entre sí la carga. Eso fue lo que ocurrió ayer: el Wilson Gdynia se arrimó al Pietro Benedetti y le recogió las 3.500 toneladas y zarpó hacia el puerto de Róterdam. Y todo sin problema.