Los arqueólogos comprobaron que la Pedra de Abalar sigue oscilando

Xosé Ameixeiras
X. Ameixeiras CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

En la tarde de ayer la Pedra quedó prácticamente en su sitio correcto.
En la tarde de ayer la Pedra quedó prácticamente en su sitio correcto. xesús búa< / span>

Aún tendrán que desplazar la roca, de 60 toneladas, unos 5 o 6 centímetros más para dejarla en su emplazamiento

02 ago 2015 . Actualizado a las 12:54 h.

A Miguel López Marcos, el arqueólogo que emula al faraón Amenofis III levantando colosos, se le notaba bien la alegría: «A Pedra abala», anunció ayer por la tarde con emoción contenida y con el viento del Atlántico a su espalda junto al santuario de Muxía. «Pero hasta el lunes no se verá, estamos muy cerca», rebajó acto seguido y casi al instante la euforia este soriano que ya habla gallego y que no quiere lanzar las campanas al vuelto antes de terminar toda su labor.

No es normal que trabajen un sábado, pero sentían tan cerca los latidos de la emoción de comprobar si la Pedra de Abalar oscilaría que trabajaron todo el día. Y a final de la tarde probaron y «eureka». La estrella del santuario lítico muxián mantiene su vaivén. Aun así, aún faltan 5 o 6 centímetros para llevarla del todo al sitio. Necesitan una última operación, que seguramente harán mañana. Se requiere una herramienta especial, un taladro para instalar un punto de apoyo y remover la roca, de 60 toneladas. «Felices, sí estamos felices», resumía el director de Terra-Arqueos.

Un objetivo casi cumplido después de año y medio de muchas dudas

La Pedra de Abalar es la estrella del santuario lítico de Muxía, primero pagano y luego origen de una de las romerías y leyendas más populares de Galicia: la llegada de la Virgen en una barca de piedra para animar al Apóstol Santiago.

La primera vez que se fracturó fue en diciembre de 1978. Una ola gigante desplazó la roca varios metros y le partió un trozo de unas 3,6 toneladas. Fue reparada y, dos años más tarde, volvió a partirse. El arreglo lo pagó el Concello, que abonó, por aquel entonces, 70.000 pesetas.

En el invierno de 1987, otro temporal reabrió la herida y el fragmento se separó de nuevo. En 1992, cinco años después de muchas dudas, el Ayuntamiento afrontó su restauración. Un lustro más tarde (1997) la mole pétrea quebró de nuevo, dos semanas después del 50.º aniversario de la coronación de la Virgen. En 1998 sufrió una nueva fractura, y fue pegada en el 2005. Hasta el día de Reyes del 2013, que un temporal la rompió de nuevo.