La fiebre de la batata sube en Bergantiños

Xosé Ameixeiras
Xosé Ameixeiras ARA SOLIS

CARBALLO

24 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El tan manido sueño americano puede tener una versión galaica. Uno de esos episodios bien regado de dólares que se haga realidad a esta orilla del Atlántico, en la esquina más occidental del país de Breogán. La compañía Termo-Biológicas quiere elaborar en tierras de Bergantiños un biocombustible muy potente a base de batata y ya ha firmado convenios con, al menos, seis concellos. Algunos alcaldes se lo callaron obligados por un documento de confidencialidad, pero a otros les faltó tiempo para airearlo ante sus posibles votantes. En la Costa da Morte lo que sobra es terreno inculto y tojos, y lo que falta son oportunidades para ganarse un sueldo dignamente. Y en estas circunstancias llega una inversión fabulosa de 300 millones de euros, que son muchos millones, tantos como la mitad de lo que cuesta la autovía de la Costa da Morte. Los suficientes para nublarle la vista a alcaldes, desempleados, agentes económicos y empresas en general. Así que, aún sin haberse hecho público el proyecto, ya se ha desatado la guerra de la batata. Todos quieren para sí un trozo del enorme pastel del boniato, que puede cambiar en poco tiempo una parte de la historia de la comarca. De llevarse a cabo, acabaría de un plumazo con el 10 % del paro de este territorio castigado por el empleo de baja calidad, la emigración y el raquitismo de las rentas. Una iniciativa que, además, llegó casi en plena campaña electoral, con lo que se ha convertido en motivo de lucha política, más o menos descarada en algunos ámbitos. Ante unos regidores deseosos de asegurarse sus sillones no hay confidencialidad que valga. Es demasiado goloso el pastel como para no sacar los principales datos a la calle para vender ilusión y promesas. En ninguno de los seis concellos que ya han firmado el protocolo, y que posiblemente sean más con el paso del tiempo, están como para desdeñar un sueño de estos vuelos. Es más, cada uno tratará de arrimar cuántas más ascuas pueda a su sardina. Hay muchos cientos de miles de metros cuadrados de polígonos industriales en los que solo crece la maleza. Unhas 2.000 hectáreas o, lo que viene a ser igual, tres concellos como Corcubión juntos. En todos los municipios de la comarca esperan como agua de mayo un maná así para sacarse de encima la plaga del desempleo y la despoblación. Para algún regidor, tras el fracaso de la mina de Corcoesto, en pleno corazón de Bergantiños, el plan de Termo-Biológico es una variante de la mina de oro, pero sin cianuro y sin excavaciones a cielo abierto. Como mucho un mar de invernaderos. En vez de Costa da Morte será la Costa da Batata. Las olas bravas en el exterior y una inmensidad gris de olas suaves de los plásticos en el interior. Las cifras que bailan en los papeles son para mirar el futuro con esperanza. No obstante, y de momento, es necesario que se imponga la cautela, aunque algunos políticos hayan tenido muy poca y hayan puesto las campanas a repicar, pues, de momento, no hay ni una sola batata sembrada.

Récord de Calvo. Calvo, ese gigante enraizado en Carballo, alcanzó el año pasado su récord de facturación y de producción. El primer grupo conservero español, segundo en Europeo y quinto en el mundo, movió en el pasado ejercicio 765 millones de euros, un 7,4 % más que el anterior, y 100.000 toneladas de género producido. Un orgullo para Carballo, Bergantiños y para Galicia entera. Una empresa nacida a las orillas del Anllóns hace justo 75 años ha conquistado medio mundo con su calidad.

«Hoxe estamos todos fartos de regos, auroras, frores e parleiros reiseñores». Labarta Pose, poeta, escritor e xornalista, o rei da prensa satírica nos finais do XIX e principios do XX, segue esquecido polas institucións, pero non polo seu pobo. En Baio manteñen a súa chama acesa e insisten en reclamar que a Real Academia Galega lle dedique un Día das Letras Galegas. Labarta forma parte da herdanza literaria de Baio, pero tamén de toda a Costa da Morte e de Galicia. Por onde andou, deixou profundas pegadas que se manteñen co tempo. Unha mostra son os entroidos de Pontevedra. E o primeiro narrador da bisbarra, un dos máis grandes escritores do humorismo galego e un poeta que sufría incontinencia versificadora. A súa obra é inmensa. Non só escribía artigos que aguilloaban á realidade senón que tamén fundaba xornais e revistas cunha facilidade abraiante. O espírito labartiano mantense moi vivo no seu pobo natal, onde hai veciños capaces de recitar de memoria creacións poéticas súas. O 4 de xaneiro do 2000, o Concello de Zas xa pediu á Real Academia Galega o seu recoñecemento. Transcorreron 15 anos e a resposta foi o silencio para este home que traballou para darlle azos á lingua amamantada nos peitos do pobo. Agora andan de novo na teima de que deixen ao poeta da rúa agromar aos púlpitos da gloria.