En pocas fechas como en estas muestran su humor y su capacidad de encajar la crítica
19 feb 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Dirán los malpensados que en algún municipio ya es entroido todo el año. Pero lo cierto es que en pocas fechas como estas los políticos muestran tanto su humor como su capacidad para encajar la crítica. A ellos van dirigidas muchas de las puyas de las comparsas y no son pocos los que aparcan la pose institucional para sumarse a la sana costumbre de disfrazarse por unas horas y encarnar una nueva personalidad, ya sea la de cocinero, elegida por el alcalde cabanés José Muíño, o la de científico loco, que asumió su homólogo -y pariente- zasense, Manuel Muíño, en busca tal vez de la receta o de la fórmula para reeditar sus mayorías.
Edil del BNG vimiancés Fernando Mancebo, se alistó al famoso cuerpo de los mosqueteros pensando quizás en defender a su atribulado jefe de filas, el alcalde Manuel Antelo, que se tomó con humor sus diversos frentes judiciales abiertos vistiendo el traje que algún representante de la oposición trata de encargarle.
Tampoco faltaron piratas -la cúpula del PP fisterrán-, guerreros independentistas a lo Braveheart -su contrincante Xan Carlos Sar-, diablesas -la concejala carballesa Mar Eirís- ni caras conocidas de la pequeña pantalla -Jorge Javier Vázquez según la versión del ceense Serxio Domínguez- es este divertido baile de personalidades con el que los políticos de la Costa da Morte se pusieron -o se quitaron, dirán de nuevo los malpensados- la careta.