El muxián detenido por narcotráfico fue atacado en Aboi por más de una persona

Juan Ventura Lado Alvela
J. V. Lado CEE / LA VOZ

CARBALLO

Bernardino Ferrío y su hijo no tendrían relación con el secuestro de Ourense

16 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Los 11 detenidos, cuatro de ellos en Muxía, durante la aparatosa operación llevada a cabo por el Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) de la Guardia Civil de A Coruña pasarán hoy, presumiblemente durante la mañana, a disposición de la titular del Juzgados de Instrucción Número 3 de Ribeira.

La jueza que les tomará declaración dirigía ya las actuaciones de los agentes desde antes incluso de que se produjese el tiroteo de Aboi, en la parroquia de Morquintián, que hizo que una parte de todo este entramado supuestamente delictivo saliese a la luz.

Una banda que, según los escasos datos que se han podido conocer a lo largo de las últimas horas tendría como actividad principal el tráfico de drogas y en la que habría también miembros de origen extranjero.

Un negocio central del que se empezaron a derivar otros y, con ellos, también la sucesión de delitos que ahora les atribuye la Guardia Civil porque, fundamentalmente, habrían aprovechado sus contactos en este mundillo para, en lugar de entregarle los estupefacientes a los otros traficantes, engañarlos o, llegado el caso, quitarles el dinero por la fuerza.

Ahí es donde entraría en juego la familia muxiana implicada porque, como se ha confirmado ya, ni Bernardino Ferrío, ni su hijo pequeño ni tampoco las otras dos personas detenidas después de los registros que se realizaron en las casas familiares, tendrían relación con los asaltos del grupo principal y menos con el secuestro que planeaban en Ourense.

Su vinculación vendría dada por los presuntos intercambios de droga con miembros de esta banda, como el que supuestamente debía haberse producido en la casa de Aboi el 4 de diciembre y que acabó en tiroteo.

Varios agresores

Otro de los datos que se dieron a conocer ayer indican que no fue uno sino varios los asaltantes que perpetraron el ataque en el vivienda de Ferrío, que tuvo que ser hospitalizado en el Virxe da Xunqueira de Cee, donde pasó algo menos de una semana, debido a la herida de arma de fuego que tenía en el abdomen. Sin embargo, solo uno de ellos resultaría alcanzado de consideración en el intercambio de disparos que se produjo aquella tarde.

Ese herido, tal como confirmaron ayer fuentes de la investigación, fue el vecino de Ribadeo de nacionalidad colombiana que el viernes de madrugada, horas después de que Bernardino recibiese el balazo, se presentó en el Hospital Universitario Lucus Augusti (HULA) afirmando que había sido víctima de un atraco en el polígono industrial de O Ceao. Sus incoherencia y descripciones vagas hicieron que nadie lo creyese, con lo que tuvo que acabar confesando, en parte, los hechos. Un testimonio que les sirvió a los investigadores para seguir tirando del hilo y montar su operativo de manera simultánea en tres provincias.