El saco del dinero ha de estar encima de la mesa

CARBALLO

21 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

ara solis

La historia siempre tiene una doble versión de los hechos. Una fachada hermosa y un corral trasero lleno de estiércol. El estoico Séneca, gran defensor de la virtud, llegó a acumular una fortuna millonaria en la Roma clásica fruto de su usura y sus negocios turbios y de haberse limpiado 80 millones de sestercios del erario público. Era el ilustre filósofo de origen cordobés el mismo que decía que la muerte es un castigo para algunos, un regalo para otros y un favor para muchos. Es difícil dilucidar en cuál de estos tres supuestos se puede encuadrar la defunción del Pacto Territorial Polo Emprego da Costa da Morte, una muerte de facto de tres años y olvidada, como el pariente emigrado del que nadie se acuerda, y que los alcaldes de la comarca recuperaron al presente el pasado jueves en Vimianzo, donde se oficializó el velatorio de un ente más, una organización de esas que repartieron dinero sin dar fruto. Más recursos públicos destinados a ese monstruo de la ineficacia que traga dinero sin medida. Hubo ruido de sables antes de constituirlo por ver dónde iba a tener su sede, y se la repartieron para apaciguar la fiebre localista. Casi dividen la comarca antes de empezar a funcionar por la tradicional lucha minifundista, y todo ello para acabar en una reunión de familia en la que los regidores, con cara de circunstancias, se devanaron los sesos para ver qué hacer con la pírrica herencia de 10.000 euros. Si celebran varias juntas más para ver qué destino darle a tan respetable suma ya no les daría ni para la gasolina. Y a todas estas, la Costa da Morte con 11.038 parados y cuatro centenares más de vecinos que este año se cogieron la maleta para el extranjero, sin sumarle otra cifra indeterminada de los que se fueron a otros lugares de la Península.

Se ha esfumado, pues, otro chiriguinto, posiblemente levantado con la mejor de las intenciones, pero que naufragó por la endémica plaga de la ineficacia. Lo malo de estas organizaciones paralelas a las Administraciones y alimentadas con recursos públicos es que suelen ser asaltadas a las primeras de cambio por aquellos que viven, y muy bien, de la subvención pública, y si viene de Europa, mejor. Unas veces lo hacen directamente y, otras, por intermedio, como un peaje de cualquier operación que se emprenda cara el progreso.

Empieza a andar el CMAT, para gestionar el turismo del futuro en la Costa da Morte. Esta entidad, como otras, es necesaria. Diríamos que imprescindible. Este rincón Atlántico abierto al poniente infinito precisa ingenio, trabajo y recursos públicos, pero todo ello bien mezclado con honestidad y gestión transparente, sin pantallas, ni personajes interpuestos. En caso contrario es mejor que se ahorren el esfuerzo. Si van a poner en marcha un nuevo ente para que el agua corra hacia las praderas de siempre, es más provechoso para el erario público que el manantial siga fluyendo libre hacia el río. La Costa da Morte necesita impulso y gasolina para emprender la marcha y hay que llenarle el depósito a la máquina, pero los que emprendan el viaje han de hacerlo con altura de miras y sin ataduras ni servilismos, ni políticos ni de otra clase. El saco del dinero público tiene que estar siempre encima de la mesa y todo el mundo ha de ver cómo se distribuye su contenido.

El rumbo actual es errático. La prueba es que Fisterra pierde el sello de Patrimonio Europeo. Un fracaso. Otra esperanza enfangada. Un punto clave en Europa que no se ha sabido defender.