El acuerdo Mineira-Sacyr, en jaque tras el rechazo de la Xunta a la mina

Antonio Longueira Vidal
Toni Longueira CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

VÍTOR MEJUTO

La empresa canadiense busca otros socios para seguir con el proyecto

24 oct 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

La negativa de la Consellería de Economía e Industria a reactivar el proyecto de extracción de oro a cielo abierto en Cabana ha puesto en jaque el acuerdo alcanzado hace meses entre Mineira de Corcoesto, filial de la canadiense Edgewater, y el gigante de la construcción Sacyr Vallehermoso.

Estas dos empresas iniciaron las conversaciones en noviembre del pasado año con el objetivo de desbloquear el plan de trabajo. El acuerdo alcanzado consistía en que Sacyr se hacía con una parte importante de los derechos mineros a cambio de avalar las exigencias que en su día estableció la Dirección Xeral de Industria, Enerxía e Minas.

Las negociaciones se habían llevado de forma muy discreta debido a la gran división social que el proyecto de Corcoesto genera en la comarca de Bergantiños. Al final hubo entente y este acuerdo se trasladó a la Xunta, que volvió a mostrarse inflexible: el proyecto presentado por Mineira el 12 de mayo del 2011 estaba caducado y, por tanto, no hay marcha atrás. Si Mineira de Corcoesto quiere seguir adelante con este plan de explotación tiene que reiniciar los trámites burocráticos (los medioambientales no, que tienen vigencia hasta el 2017). Esta decisión, en parte esperada por la dirección de Edgewater y Mineira de Corcoesot, no dejó de ser un varapalo a las aspiraciones de la multinacional por hacerse con el yacimiento de oro. En Sacyr, por su parte, entienden que este acuerdo no tiene validez y habría puestos pies en polvorosa.

Ahora la solución -si es que hay alguna- que busca la empresa es buscar socios alternativos a la más que probable marcha de Sacyr. La dirección de la firma canadiense ha iniciado contactos con otras empresas del ramo de la construcción, que cotizan en el Ibex-35 y, por tanto, con capacidad económica para avalar las exigencias impuestas en su día por Industria y que Edgewater fue capaz de incumplir.

El 14 de octubre del pasado año el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijoo, anunciaba que la Administración autonómica tumbaba el proyecto minero de Corcoesto porque la empresa no había reunido en plazo y forma el 25 % de los fondos propios sobre la inversión global -110 millones de euros- una cuantía que ronda los 30,4 millones de euros. Además, para que Edgewater pudiese seguir con la tramitación burocrática, Industria exigía avales, mediante contratos bancarios firmados, una financiación por importe mínimo de 91,2 millones de euros, unas medidas que supusieron un frenazo en seco a las aspiraciones de la multinacional canadiense y a su filial Mineira para seguir con la tramitación del proyecto de explotación de oro en las concesiones Emilita, Ciudad de Landró y Ciudad del Masma.