Mientras el fiscal superior de Galicia alerta del aumento de la corrupción política en la Comunidad, como si un frente frío se extendiese por todo el territorio y vaya a dejar helado a todo el personal, la Audiencia de Lugo acaba de dar al traste con la operación Rei. Adolecía este proceso de alguno de los defectos que en la Audiencia de A Coruña detectaron en la instrucción de la operación Orquesta. No hay conexividad suficiente entre unos casos y otros para armar los macroprocesos a los que algunos jueces parecen aficionados últimamente y contra los que los magistrados braman en las alturas. Algunas de las grandes causas judiciales en marcha, y en concreto las que siguen su curso en los juzgados de esta proa atlántica, pueden acabar dando contra un muro infranqueable: la teoría del árbol envenenado de los macroprocesos que llevaron a dormir en las mazmorras a algunos alcaldes. Por lo que se ve, los instructores han de repartir bien las piezas, en pequeños bocados, lo que parecen grandes banquetes que, visto lo visto, pueden quedar en fiestas frustradas. En el caso Orquesta, la instrucción recibió un revés tras la apelación de varios imputados. La nueva jueza que acaba de llegar a Corcubión recibió la encomienda de estructurar el sumario en paquetes. O eso, o la gran tormenta puede acabar en un fino orvallo.