Hay que decir que en la mayoría de los casos de estos árboles se dan en fincas privadas, aunque en los montes públicos también brotan incontables ejemplares. Aun así, los propietarios de parcelas no rechazan su presencia por la rapidez de su crecimiento y, en consecuencia, beneficio comercial. Mientras, directivos de las comunidades de montes de Caldebarcos y San Mamede desaconsejan realizar plantaciones de esta variedad en sus montes.