El caso de una pareja australiana que escogió un bebé sano mientras abandonaba a su suerte a su gemelo discapacitado con la madre de alquiler contratada en Tailandia ha vuelto a poner en actualidad el debate sobre la adopción internacional y sus diferencias legales y judiciales. La propia madre biológica reconoció públicamente que había recibido 11.094 euros por gestar un hijo para esa pareja australiana. El problema, por definirlo de alguna forma, es que la mujer dio a luz mellizos, pero uno de ellos nació con Síndrome de Down y una afección cardíaca, por lo que el matrimonio australiano lo rechazó, se lo emplumó a la madre y se llevó al hermano. La madre biológica dice ahora que no tiene dinero para sufragar el tratamiento médico del hijo que le queda.
Uno no puede evitar buscar ciertos paralelismos con lo ocurrido en Colombia con José Mato Roibal y María José Tasende Villar. Los hay, pero también hay notables diferencias. Demasiadas.
José Mato y María Jose Tasende incurrieron seguramente en numerosas irregularidades para tratar de traer un bebé de cinco semanas a Carballo. Pero dejando a un lado los argumentos jurídicos y fijándose solo en el lado humano, María Jose Tasende y José Mato solo deseaban ser padres, dar un futuro próspero a esa niña, ofrecerle una familia y sobre todo estabilidad y calor de hogar. Marcharon a Colombia y no fueron con prejuicios sobre el estado de salud de la pequeña. Era su hija lo que iban a buscar. De forma ilegal y saltándose los protocolos exigidos, desde luego, pero, ¿se puede calificar este hecho de tráfico de menores? ¿Por qué a una mujer de 42 años con problemas de salud se le pone trabas para ser madre? Yo conozco varias con problemas de salud que crían a sus hijos con normalidad. Y si José Mato está en la cárcel Modelo de Bogotá acusado de tráfico de menores, ¿por qué la Fiscalía no actúa contra la madre biológica? Parece que solo compró José Mato, pero ¿quién vendió a su recién nacida?