La crisis hace retroceder a la UDC más de cinco años

Ana Lorenzo Fernández
Ana Lorenzo A CORUÑA / LA VOZ

CARBALLO

La caída de alumnos y presupuestos han marcado los últimos ejercicios de esta institución de referencia para la comarca

22 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Después de más de quinientos años contando con una única Universidad en Galicia, en julio de 1989 la Xunta de Fernando González Laxe toma la decisión de crear un sistema universitario gallego con tres instituciones académicas, sumando a la compostelana las de A Coruña y Vigo. El domingo se cumplieron 25 años de la publicación de la ley que daba contenido a esta aprobación, aunque no sería hasta enero de 1990 cuando se produce la segregación definitiva, y las universidades coruñesa y viguesa comienzan a decidir y a tener independencia económica y académica.

Escuelas. Aunque no existía la Universidade da Coruña como tal, esta ciudad llevaba ya varias décadas siendo la sede de importantes centros universitarios, como las escuelas de Arquitectura y Arquitectura Técnica (Aparejadores) en la Zapateira; Magisterio y Económicas (antigua escuela de Comercio) en la zona de la Ciudad Escolar, o el Centro Universitario de A Coruña, que agrupaba a varias carreras.

Tras el espaldarazo de la Xunta para tener entidad propia, se decidió potenciar las nuevas titulaciones e infraestructuras, tanto en los campus coruñeses como ferrolanos, al mismo tiempo que se promovió la instalación de la sede central en la Maestranza, puesto que al principio se contaba con un piso en Juana de Vega.

Toda esta expansión se produjo durante el mandato de José Luis Meilán Gil, puesto que aunque los primeros pasos de la UDC fueron bajo el mando de Portero Molina, su estancia en el Rectorado apenas duró seis meses después de la segregación de Santiago. El crecimiento de la UDC durante estos primeros años fue enorme, hasta llegar en la actualidad a contar con un total de 24 centros (13 facultades, 4 escuelas técnicas superiores, 4 escuelas universitarias propias y 3 más adscritas), donde se imparten un total de 148 títulos oficiales, repartidos en 38 grados, 48 titulaciones en extinción (no adaptadas a Bolonia), y 62 másteres. A todo ello se suman además los 6 institutos y 3 centros de investigación en marcha, además de la recién inaugurada Escola Internacional de Doutoramento, que coordina 32 programas, 11 con mención de excelencia.

Caída sostenida. Toda esta expansión académica y de infraestructuras fue acompañada de la matriculación de miles de alumnos, iniciándose el curso del año 90 con 14.374 matriculados. El bum de la natalidad hizo que el aumento de universitarios coruñeses fuese constante hasta el año 1999, cuando se batió el récord de la institución académica con 27.077 jóvenes en las aulas.

A partir de ahí hubo una caída sostenida de estudiantes durante una década, hasta que en el año 2009 volvió a notarse un repunte en la llegada de universitarios, pasando de 20.670 a casi 3.000 más el curso siguiente. En los últimos cuatro años también hubo una caída sostenida en las matrículas, mucho menos grave que en otras universidades.

Misma plantilla que hace cinco años. plantilla que hace cinco años. Contar con profesorado propio fue siempre uno de los objetivos de los distintos rectores que han pasado por la UDC, que inició su andadura con 489 docentes.

La puesta en marcha de las nuevas titulaciones obligó a la contratación en masa de más personal, llegando en el año 2011 a casi 1.500 profesores, una cifra importante, pero que es una de las más bajas de España si se tiene en cuenta el ratio de docente por alumno. La crisis económica actual y la tasa de reposición impuesta por el Gobierno ha hecho que la UDC haya reducido su plantilla a niveles de hace cinco años, y en la actualidad imparten clase y dirigen investigaciones un total de 1.423 personas.

Desajuste histórico. Desde que se puso en marcha el sistema universitario gallego, A Coruña siempre ha salido mal parada en el reparto de la tarta presupuestaria, un desajuste histórico al que se ha sumado en los últimos años las consecuencias de los recortes de la crisis económica.

En épocas de bonanza, la institución académica coruñesa llegó a manejar un presupuesto que casi alcanzó los 138 millones de euros, una cifra muy alejada de los 119,6 actuales, una caída que ha hecho que el equipo rectoral vuelva a cifras de hace cinco años, lo que le ha obligado a centrarse principalmente en mantener la plantilla, potenciar las becas para estudiantes y reducir a la mínima expresión las inversiones. La única nota positiva de esta situación económica es que la Universidade da Coruña no tiene deuda acumulada, como sucede con Santiago, y le permite tener un cierto desahogo.

Internacionalización. El mundo globalizado ha hecho que la UDC se haya marcado como uno de sus retos más importantes la internacionalización, favoreciendo la puesta en marcha de másteres conjuntos con universidades de distintos países de Europa, a los que se sumarán en breve grados compartidos con centros extranjeros. Ofrecer la posibilidad de impartir varias titulaciones en inglés también facilitará esta proceso de internacionalización, así como la puesta en marcha de la Escola de Doutoramento. Otro reto importante es seguir consiguiendo financiación para investigación, una de las principales preocupaciones que tiene el equipo rectoral para poder subirse al tren del futuro.