«El mundo es brutal y el cómico responde con más brutalidad»

Á. palmou CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

Su actuación de esta noche cerrará el segundo Festival do Humor da Laracha

30 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Las risas se despiden hoy de A Laracha con la última actuación del segundo Festival do Humor de la localidad. El conocido actor y monologuista Manuel Manquiña será el encargado de poner el punto final a este exitoso ciclo por el que pasaron en semanas anteriores Rober Bodegas, Víctor Fábregas y Cándido Pazó. La cita será en la Casa da Cultura larachesa a las 22 horas.

-¿Que se encontrará esta noche el público larachés?

-Un espectáculo que se llama Gente molesta. No tiene las mismas connotaciones que El indignado, con el que ya estuve en A Laracha, aunque más o menos hablamos siempre de lo mismo. Casi todos los monologuistas hablamos de la gente, de la televisión, de los medios de comunicación, de conversaciones de actualidad... Hacemos una crítica y una crónica de lo social, y en este caso me dedico a hablar desde el punto de vista de una persona adulta de las molestias que te generan algunos comportamientos ciudadanos que pueden estar reflejados en las conductas de los tertulianos, en el maniqueísmo de los partidos políticos, en cómo se repiten determinados tics y en cómo seguimos cayendo periódicamente en los mismos errores. Siempre presumimos de la Europa civilizada, estupenda, de los derechos humanos, pero en cuanto sufrimos una crisis se exacerban las posturas y vemos como en Francia triunfa el partido de Le Pen y en Grecia uno de extrema izquierda. El ser humano está un poco siempre al borde del salvajismo.

-Parece que hay un regusto un poco amargo.

-No, que va. En esta ocasión hay menos regusto amargo del que podía haber en El indignado. Aquí hay menos denuncia y más decir ?no nos pongamos estupendos presumiendo de cosas que no son tan estupendas?. Yo intento mostrar la fragilidad que tiene el ser humano y como podemos perder de un plumazo cosas que dábamos por sentadas.

-¿En qué medida el humor puede servir como terapia?

-El mundo es brutal y el humorista lo que hace es responder a esa brutalidad con más brutalidad. No puedes transformarlo, pero lo que haces es cambiar la violencia por una carcajada. Muchos humoristas utilizan, ya sea para hablar del sexo, de la violencia o de la pobreza, un humor fuerte porque el humorista es consciente de la brutalidad del mundo, pero en vez de responder con violencia lo hace con risas, que es una forma de suavizar determinados estados de ánimo.

-¿Hace falta más alegría?

-Si, y sobre todo saber reírse de ti mismo, que significa también reírse de la sociedad que te rodea, de tu propio país, de tu entorno, de tus amigos... de todo tu universo, aunque es cierto que cada época tiene distintos tipos de humor y que el monologuista usa un humor ácido y con toques de denuncia.

-¿Durante la actuación hay margen para improvisar o adaptarse a la respuesta del público?

-Tú llevas más o menos un programa y, pese a que los monologuistas tenemos muchos elementos en cartera y podemos adaptarnos, está todo muy preparado. Aunque parezca que improvisas o que surge todo espontáneamente está muy ensayado porque lo que intentas es mantener un ritmo que enganche al público. Yo ensayo más un monólogo que cualquier obra de teatro en la que tienes un compañero para darte respuesta. Aquí estás tú solo creando estados de ánimo y no tienes la garantía de que te salga igual en todas partes.