La gabarra «Prima» empieza a ser historia en la playa de Reira

Cristina Viu Gomila
Cristina Viu CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

José Manuel Ferreiro

Kaleido debe dejar la zona como estaba antes del embarrancamiento

22 may 2014 . Actualizado a las 07:10 h.

Menos de tres meses es lo que calcula la empresa Kaleido, con sede en Vigo, que necesitará para que la playa de Reira vuelva a ser la que era antes del 14 de enero, día en que embarrancó la gabarra Prima. Dos enormes grúas están ya desmontando la embarcación, de 105 metros de eslora, que acabó en la playa camariñana cuando era trasladada por un remolcador desde Odesa (Ucrania) hasta Riga (Letonia).

El proyecto de remoción de los restos se encuentra actualmente en la segunda fase. La primera consistió en la construcción de accesos y áreas de trabajo para acceder a la gabarra, que el mar acercó a la costa en los sucesivos temporales del invierno. La tercera parte será la reposición de las condiciones previas al accidente. Para ello, la empresa ha tenido que hacer un importante trabajo de preparación del terreno.

Según la compañía, se ha colocado sobre la zona de trabajo una protección geotextil que han impedido que el terreno natural se mezcle con las piedras y tierra traídas expresamente para servir de base de las grúas y permitir las labores de despiece. Para mayor cuidado del entorno se ha trasladado la cobertura vegetal a otra zona y las piedras que estaban sueltas.

Todo ello volverá a su lugar en una tercera fase que consistirá en la reposición del entorno, incluyendo las plantas autóctonas. Se trata de que el episodio, que ha atraído a numerosos visitantes a la playa camariñana desde el mismo día del accidente sea solo un recuerdo. La cuestión medioambiental fue la que más complicó la realización del proyecto, sobre todo a causa de los requerimientos tanto de la Xunta de Galicia como de Costas. Kaleido es especialista en este tipo de trabajos. El último que realizó fue en la zona de Corrubedo.

Técnicos de la empresa calcula que la gabarra se convertirá en unas. 1.500 toneladas de chatarra, que serán trasladadas a un gestor autorizado. Lo mismo ocurrirá con los posibles productos contaminantes, aunque el depósito, en el que quedaban unos 300 litros de combustible, ya fue vaciado a finales de enero.