Ya no hay duda alguna: la Costa da Morte tiene muy mal fario para las inversiones públicas. La autovía está en coma por falta de riego financiero; el parador va, pero su evolución es muy lenta; lo que parecía de altos vuelos, el helicóptero de salvamento, puede quedar en tierra de otros para siempre, y lo que ocurre con la nueva traída de Carballo amenaza con dejar seco a medio vecindario. Lo del Helimer es para hacérselo mirar en profundidad. Aquí no se salva nadie: el anterior Gobierno, el actual, el autonómico, los distintos ejecutivos municipales de los últimos años, los unos y los otros, con los técnicos incluidos porque todos han contribuido a este desaguisado. ¡Hay que ver de qué manera se tira el dinero en este país! Han plantado un helipuerto donde el helicóptero solo puede volar de día, como si por las noches no hubiese desgracias y el azar no fuese tan terco como para dejar de liar tragedias en medio de las tinieblas. Conclusión: un par de millones de euros tirados a los tojos de Ruibo, como quien arroja un cubo de agua. La base ya empieza a ser tomada por la vegetación. Es lo que tiene la naturaleza, que cuando los humanos se descuidan se ocupa de retomar lo suyo. Mientras la gente sufre recortes, los gestores de la cosa pública, en un alarde de falta de rigor técnico, entierran todo ese dinero en la aldea de Lires con una alegría asombrosa y una falta de seriedad que ruboriza al más más ajeno a la cuestión. Políticos locales, marineros y dirigentes de cofradías de la Costa da Morte, acosados por la sucesión de desgracias en el mar, llevaban lustros clamando por un helicóptero de salvamento. Estaban cansados de saber que muchos profesionales del mar habían perdido la vida por falta de respuesta rápida en los rescates. Era una necesidad ya manifestada de forma reiterada a principios de los noventa. La mayor parte de los gobernantes habían hecho oídos sordos. Por una vez que alguien escucha las plegarias ciudadanas de este rincón van y tiran los cuartos. Además, no es muy comprensible que se diga que el tiempo de respuesta del helicóptero de Lires no es operativo porque la tripulación ha desplazarse de Cee a Ruibo en caso de emergencia. Lo normal sería que ya estuviesen en la base, o que esta se hubiese construido en un lugar más apropiado, como las proximidades del muelle de Brens. Lo dicho, una conquista de decenios tirada por la borda. Así se forjan las desilusiones de esta comarca. Se ha dicho que las desilusiones te hacen abrir los ojos y endurecen el corazón. No extraña que ya sea de piedra.
Traída. Seco se ha quedado más de uno al saber que el Concello de Carballo rescinde el contrato de la nueva traída a la empresa adjudicataria. La obra tendría que estar rematada este mes, pero los tiras y aflojas por una modificación llevaron a la compañía a no haber movido paja. Ahora, vienen las prisas. Hay que poner fin al primer contrato, con los recursos y alegaciones correspondientes, abrir una nueva subasta y que el proyecto sea ejecutado antes de marzo del 2015, plazo para que la UE aporte el 70 % del coste. Solo con pensar que se puede perder el dinero le entra un sudor frío a cualquiera.
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