La muestra de los Nobel de Fisterra cumple un año

La Voz

CARBALLO

La muestra fotográfica fue inaugurada el 27 de marzo del año pasado.
La muestra fotográfica fue inaugurada el 27 de marzo del año pasado. ANA GARCÍA< / span>

Unas 280.000 personas pasaron por el faro, todo un récord para una exposición en los últimos tiempos en la comarca

28 mar 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

La muestra Un mar de xenios na Fin da terra cumplió ayer un año en el faro de Fisterra. Un tiempo récord para exposiciones temporales en espacios públicos en la zona, y desde luego récord absoluto por número de visitantes en estos doce meses: unas 280.000 personas. Una cifra elevada, lograda gracias a los picos del verano y de determinados festivos, como los de Semana Santa del año pasado, donde llegó a haber de más de 2.000 personas por jornada. En los últimos tres meses, los accesos han bajado notablemente, sobre todo porque el faro solo abría los viernes, sábado y domingo (hubo épocas en las que funcionaba todos los días). De promedio, unos mil visitantes por semana, en algunos casos con poco más de 200, especialmente los viernes, y otros, con más de 500. Hasta finales de noviembre se habían contabilizado 266.000 visitantes, según los datos registrados por Neria, entidad encargada, junto al Concello, de gestionar los accesos.

Un mar de xenios na Fin da terra está organizada por La Voz de Galicia, con la colaboración del Concello y la propia entidad, y comisariada por el físico Jorge Mira. Consta de 17 paneles con fotos, datos, textos y la firma y dedicatoria, en varios idiomas, de Premios Nobel y otras personalidades científicas que han visitado Fisterra en los últimos años. Estaba previsto mantenerla abierta hasta el 31 de diciembre pero, dado el éxito, se prorrogó.

Estos días no puede verse, debido a trabajos de mantenimiento de las dos salas del faro, muy afectadas (sobre todo una) por las humedades. En Semana Santa se estrenará Os Marcos do Mar, del fotógrafo Marcos Rodríguez. Hasta esos días está pendiente de decidir si se mantiene la de los Nobel o se recupera más adelante. O, incluso, si se traslada a otro edificio público, como el Chalé de Vilas.