«La Costa da Morte es la zona de Galicia con más varamientos»

Antonio Longueira Vidal
Toni Longueira CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

CÉSAR TOIMIL

Juan Ignacio Díaz da Silva, responsable del área norte de la Cemma, tiene claro que la foca de Malpica marchará en breve a su lugar de origen

19 ene 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

El ferrolano Juan Ignacio Díaz da Silva lleva veinte años en la Coordinadora de Estudos de Mamíferos Mariños (Cemma) y algo más de 30 en la Sociedade Galega de Historia Natural. Pese a que no estudió nada relacionado con la biología, es todo un experto en el mundo animal. Ahora es el máximo responsable de la Cemma en la zona norte. Como técnico sigue con atención todo lo acontecido en las últimas semanas con los varamientos y recuperaciones de animales en la comarca.

-¿Es normal la presencia de tantos ejemplares en la zona, tanto vivos como muertos?

-Sí, de hecho, la Costa da Morte es un filón para nosotros ya que es la zona de Galicia con mayor número de varamientos anuales.

-Hasta las focas se animan ahora a dar un paseo por aquí.

-La presencia de los lobos mariños, como los llaman los marineros, es muy frecuente. La toponimia así lo refleja. Illas Lobeiras es un ejemplo de la presencia de focas comunes en la Costa da Morte.

-La última en llegar es un ejemplar macho de cuatro meses en el puerto de Malpica.

-Son animales muy astutos. Como los otros tres ejemplares localizados en las últimas semanas, este es de la misma quinta. Se encuentra bien de salud. Tiene un pequeño corte cerca del párpado y en la espalda pero en principio no suponen un riesgo para la vida de esta foca. Si fuese así actuaríamos de inmediato.

-¿Se quedará a vivir en el puerto para siempre?

-No, ni mucho menos. Ahora está recuperando fuerzas después de una dura travesía por el Atlántico, con olas de más de diez metros y fuertes corrientes. Llegó exhausto y ahora aprovecha el abrigo del puerto y la abundancia de comida para recuperarse y cuando lo estime oportuno partirá rumbo al sur de las islas británicas, que es de donde procede, como el resto de ejemplares localizados.

-De las tres que llegaron a la costa, una murió. ¿Qué tal evolucionan Raziño y Salgueiro?

-Muy bien. Están ganando peso y fuerza motriz y esperamos que pronto podamos devolverlos al mar. Con las focas hay que tener paciencia, son mamíferos delicados que requieren de cuidados específicos.

-¿Podrán recuperar la ballena encallada en Corcubión?

-Es muy complicado. Se encuentra en una zona de difícil acceso, en un tramo rocoso. Pero hay que decir que no supone ningún peligro ni medioambiental ni sanitario para la población. Me recuerda el caso del cachalote de Beo, en Malpica el pasado año. La naturaleza es muy sabia. Un bicho de 18-19 metros se descompone en menos de dos meses. Además, la muerte siempre trae vida para otras especies. Favorece la biodiversidad, no veamos el varamiento como algo negativo.

-¿Es cierto que la ballena localizada en Cangas es cría de esta de Corcubión, como apuntan algunos expertos?

-No tenemos constancia de ello. Sabemos que son de la misma especie pero no se hizo ningún análisis de ADN para aseverar que son familia.

-¿Qué es lo primero que hace la Cemma cuando localiza un varamiento?

-Tomar entre 30 y 40 muestras analíticas. De dientes, estómago, estudios genéticos, muestras de órganos... Nos sirven para saber de qué murió el animal, cómo se alimentó, cuándo fue la última vez que comió, su edad, incluso la ruta realizada antes de fallecer. Estas muestras nos dan mucha información sobre un ejemplar.