Cada día que pasa se producen nuevos descubrimientos que ilustran la virulencia que tuvieron los últimos temporales, sobre todo en el litoral de la Costa da Morte. Además de Corme, Laxe, Cee o el casco urbano de Muxía, los efectos del oleaje y el mar de fondo se dejaron sentir con fuerza en lugares bastante más apartados, como el entorno del Cabo Touriñán.
Allí, sobre todo en la zona de la rampa de pescadores, a mano izquierda mirando del frente al faro, se podía ver todavía ayer gran cantidad de basura, la mayor parte trozos de redes, otros aparejos de pesca, botellas, bolsas y toda clase de plásticos, además de dos delfines depositados sobre el campo en avanzado estado de descomposición.
Estos varamientos, según explican científicos de la Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños (CEMMA), en el caso de las focas son habituales en esta época del año, mientras que por lo que respecta a los delfines y al resto de cetáceos, en la gran mayoría de casos lo que hacen los temporales es arrastrar hasta tierra ejemplares que ya habían muerto en el mar por causas naturales.
Esa parece ser, según los primeros indicios, la situación de los hallados en Touriñán porque presentan signos de llevar sin vida varias semanas.