Mantuvieron sus embarcaciones fuera del puerto porque es inseguro
08 ene 2014 . Actualizado a las 07:10 h.Al mediodía de ayer pudieron regresar al puerto los siete barcos de Laxe que tuvieron que abandonarlo durante el temporal del lunes para garantizar su seguridad. Terminaban 25 horas de trabajo ininterrumpido por parte de las tripulaciones para mantener a salvo las embarcaciones en la punta del muelle, porque el oleaje interior era demasiado intenso y ya había volteado el María Cristina, de 10 metros de eslora.
La tarde del lunes se desplazó al lugar el presidente de Portos, que llevó consigo reflectores para que los patrones pudieran ver las olas y no tuvieran que pasar toda la noche a oscuras. Ayer se acercaron el subdirector xeral de Pesca, Juan Maneiro, y la delegada territorial de la Xunta, Belén do Campo, y el subdirector del Servicio de Guardacostas, Lino Sexto, que el día de Reyes ya pasó buena parte de la jornada en la localidad. Mantuvieron un encuentro con representantes de la cofradía y conocieron de primera mano el tremendo enfado de los pescadores y los representantes municipales. El alcalde, Antón Carracedo, aseguró que la situación era insostenible y exigió una solución.
No hubo compromiso concreto por parte de la Xunta, pero en Laxe todo el mundo parece tener claro que la construcción del dique de abrigo fue la causa de los problemas, aunque Alfredo Charlín, dueño del María Cristina, señaló que la mejora del contradique para evitar que la arena de la playa entre en el puerto ha hecho la rada más insegura.
Los que el lunes se quedaron en Laxe a pesar del aviso de temporal confiaron en que el nuevo tren de fondeo, instalado hace dos años, y el dragado realizado también por Portos habían mejorado las cosas, pero no fue así, a pesar de que el invierno pasado apenas tuvieron problemas.