Alertan de contratos abusivos a emigrantes gallegos en Suiza

Santiago Garrido Rial
S. g. Rial CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

SANTI GARRIDO

Alguna empresa cobra hasta 6.000 francos por trámites sencillos

11 ene 2014 . Actualizado a las 23:04 h.

En épocas de precariedad, siempre hay quien tensa las normas para aprovecharse de la necesidad de los demás. Es lo que les ha pasado a algunos emigrantes gallegos en Suiza en los últimos meses que, atados por un contrato (voluntariamente firmado, eso sí), han debido pagar grandes cantidades de dinero por servicios de asesoramiento o de gestión de trabajo ante agencias temporales que no se corresponden con un servicio normal de esas características.

Muchos han acudido al sindicato Unia, que ha puesto ya las correspondientes denuncias, al menos para recuperar todo o parte del dinero invertido. «Aprovéitanse da precariedade laboral», explica Xesús Fernández, uno de los responsables del sindicato en Biel, y pide a los emigrantes que estén alerta.

La mecánica es simple. A través de conocidos o de referencias, los trabajadores, generalmente de la construcción, contactan con una especie de representante que, a cambio de un máximo de 6.000 francos suizos (unos 4.800 euros) a abonar en nueve mensualidades, se compromete a facilitarles un empleo o asesorarles en cuestiones domésticas, desde abrir una cuenta hasta gestiones administrativas. Ocurre que después las condiciones no son las esperadas, a menudo por desconocimiento de lo que se firma: el trabajo es en una agencia temporal y pueden quedar sin él a los pocos días, a veces está a decenas de kilómetros o los gastos son muy elevados, o el sueldo tampoco es el comprometido. Y, si no pagan, entran en el fichero de morosos. Y no solo se han visto afectados emigrantes recién llegados, sino otros que estaban ya en Suiza y quieren un empleo mejor. Cada caso tiene sus peculiaridades, pero la mayoría han optado por seguir adelante y buscar otras vías, ahora con la ayuda de Unia. Pero no todos. Alguno, como David Barbeira Vilas, de A Baña, se hartó de tantos gastos impagados y tantas condiciones incumplidas y se ha vuelto para Galicia, sin ganas de regresar.

David es uno de los trabajadores que acceden a contar su caso, lo mismo que Claudio Torreira o Daniel Ferrín, de A Baña, o C.?G.?R., de Rois. Otros prefieren el anonimato. Todos coinciden: se sienten engañados y estafados. Xallas, Bergantiños o Santiago son comarcas en las que se han detectado algunos casos, pero en Unia creen que puede haber muchos más, tanto en el cantón de Berna como en otros, señala José Manuel Abelenda, también de Unia, natural de Santa Comba. Fernández cree que la actuación de este tipo de gente ni es legal ni correcta, entre otros motivos por no poder intermediar.

El sindicato Unia puso denuncias y pide a los trabajadores que tengan cuidado

A menudo las condiciones ofrecidas no se corresponden con la realidad