Las visitas obligan a tener un plan de seguridad en la Barca

CARBALLO

XESÚS BÚA

Miles de personas han pasado ya por el santuario a raíz del incendio

29 dic 2013 . Actualizado a las 14:20 h.

Las visitas al santuario de la Virxe da Barca, que se cuentan ya por miles, a raíz del incendio que destruyó el techo y gran parte de los interiores del templo el pasado día de Navidad, se cuentan ya por miles. Ayer, aunque sin las aglomeraciones del primer día, que obligaron a la Guardia Civil de Tráfico a cortar la circulación en el pueblo, prácticamente como se hace en la romería se septiembre, el goteo de muxiáns, vecinos de toda la comarca y de otros puntos de Galicia fue constante. Pese a que el mal tiempo invitaba poco a pasear por la zona se concentraron devotos y simples curiosos durante toda la jornada.

Esta afluencia, que para el alcalde, Félix Porto, es «lóxica» porque «a xente quere ver directamente o desastre que xa lle chegou pola televisión», ha llevado a Protección Civil a instalar un dispositivo con presencia permanente de voluntarios en la zona. Aunque hasta mañana, si los técnicos lo autorizan, no se retomarán los trabajos es preciso mantener asegurado el perímetro porque, entre otras cuestiones, el mar está muy picado, resulta especialmente atractivo para los visitantes ver como rompe encima de las piedras de la Punta da Barca y, como dice el regidor «non queremos sustos».

Para el responsable de la Policía Local, Manel Blanco, es especialmente importante que nadie viole el vallado de seguridad colocado en ambos frentes del santuario porque, aunque entiende la curiosidad de la gente por ver como está por dentro, el riesgo es elevado. «Pódelle caer calquera cousa do tellado na cabeza e iso é moi perigoso, pode traer problemas serios. Por iso que o que hai que facer e ser prudentes, sobre todo de cara ao domingo que é cando se espera que veña máis xente», asegura.

Además de la simple curiosidad ver el estado de la basílica tiene para muchas personas un componente altamente emotivo y, sobre todo entre la gente de edad avanzada, que lo recuerda de toda su vida por las romerías y los actos religiosos se dan escenas de verdadera desolación.

«Eu sei de xente de Muxía que aínda non o foi ver e non quere ir. Dinme que non teñen ganas ningunhas de atopalo así como está», señala el jefe de la agrupación de Protección Civil, Ramón Pérez Barrientos, que trata de explicar lo significa el santuario y todo lo que tiene que ver con él para muchos de sus vecinos, especialmente la gente del mar. «Hai algúns que non os vés na misa en todo o ano nin de casualidade, pero o luns da Barca están alí. Non fallan. Esta é unha cuestión que supera o tema relixioso», asegura Barrientos, que lleva, a la par del alcalde, cinco días de trabajo prácticamente ininterrumpido y colgado del móvil en el que recibe constantes llamadas de apoyo de media España.