El «Papín» es el cuarto pesquero destrozado en solo tres meses

CARBALLO

El Playa Destorde sufrió daños graves en el casco.
El Playa Destorde sufrió daños graves en el casco. casal< / span>

Los profesionales no recuerdan un año con tantos accidentes seguidos

14 dic 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

La historia del naufragio de pesqueros en la Costa da Morte es prácticamente inabarcable y hubo años mucho peores que este con numerosas víctimas, pero los marineros consultados no recuerdan tal como acumulación de accidentes -todos por fortuna sin daños personales- en tan poco espacio de tiempo como ha ocurrido en los últimos meses del 2013.

Desde el pasado mes de septiembre se han perdido o han quedado prácticamente irrecuperables cuatro barcos, el último este mismo jueves, el Segundo Hermanos Papín, que quedó hecho añicos contra las rocas de Punta Finsín, a medio camino entre O Ézaro y Gures.

Armar desde cero un barco de 13,5 metros de eslora como este, con instrumentos incluidos, supera ampliamente los 200.000 euros, y aparte de dejar a cinco hombres en el paro complica la viabilidad de una empresa que ahora queda a merced de la póliza de seguro.

Como esta, otras tres tripulaciones, la del Laberco, hundido en los bajos de Meixido el día 4 de septiembre, la del Playa Destorde dañado el día 9 y la del Garea encallado en Cabo Cee el día 26 del mismo mes.

Muchos profesionales, incluidos alguno de los afectados como el armador del Laberco, Juan Bautista Louzán, ven los excesivos riesgos que tienen que asumir, debido a la precariedad del sector, como la causa fundamental de tanto aumento de la siniestralidad.

Sin embargo, no todos opinan igual. El expatrón mayor de Muxía, Javier Sar, cree que en su profesión los riesgos están ahí cada vez que salen al mar. «Trabállase moitas veces ao límite e eles [los tripulantes del Papín] seguro que faenaron no mesmo sitio unha chea de días antes e máis nunca lles pasou nada», afirma Sar, que atribuye los siniestros a la pura mala suerte que se presenta en determinados momentos y que es imposible de predecir, por lo que únicamente se congratula de que los compañeros tuviesen la pericia suficiente para salvarse y que no hubiese víctimas.

La mejora en las condiciones de seguridad -los cinco marineros llevaban los chalecos puestos cuando saltaron a las rocas- han contribuido a reducir la gravedad de los siniestros pero desde el sector insisten en que esas mejoras no van acompañadas del trato pertinente por parte de la Administración. Se quejan del coste abusivo de los remolques, cuyas tarifas se han incrementado de manera sensible recientemente, lo que podría suponer, llegado el momento, un riesgo añadido en caso de emergencia.