Consuelo Ternande, 104 años con alegría

Á. Palmou CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

Consuelo, ayer, con su nieta Elena y dos de sus bisnietos, Manuel Couto y Diego Porteiro.
Consuelo, ayer, con su nieta Elena y dos de sus bisnietos, Manuel Couto y Diego Porteiro. ana garcía< / span>

09 dic 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Podría decirse que fue un cumpleaños como muchos otros. Con tarta, velas, algo de marisco, regalos y la familia acompañando a la homenajeada; lo que dicta la tradición. Pero lo cierto es que no siempre la protagonista de una jornada como esta puede presumir de cumplir 104 años y de hacerlo además gozando de una salud envidiable.

Tal es el caso de Consuelo Ternande Taboada, una veterana vecina del lugar de A Telleira (Cabana) que ayer sopló la velas -con forma de dígitos, no individuales, porque no hay tarta que aguante 104 pequeñas antorchas en combustión- y lo hizo derrochando buen humor, simpatía y ganas de seguir sumando.

Consuelo, viuda y cuyos dos hijos fallecieron hace ya unos años, celebró esta jornada tan especial junto a sus tres nietas, los respectivos maridos de estas, y sus cinco bisnietos. Y sin olvidarse de cumplir con una de sus costumbres diarias: la de seguir la actualidad a través de las páginas de La Voz de Galicia. «Lea todos os días, e sen gafas, e tamén lle gusta moito a revista Hola», contó durante la fiesta una de sus nietas, Elena Gagino, recordando asimismo que hace cuatro años, cuando celebraron el centenario en el restaurante Mar de Ardora, Consuelo pidió llegar, al menos, a los 106 años.

Ayer reafirmó esta petición demostrando su buena salud y dando buena cuenta de un centollo, «ela sola», y del resto de las viandas preparadas para la ocasión.

El Deportivo es otra de sus pasiones y durante mucho tiempo se supo las alineaciones del equipo herculino, aunque últimamente ya no suele ver los partidos por televisión como hacía antes. A sus 104 años, Consuelo sigue arreglando su habitación, preparándose el desayuno y llevando la cuenta de los medicamentos, no muchos, que debe tomar de forma regular. Además, no ha perdido su gusto por la moda y un toque de coquetería. Suyo fue un establecimiento en el que hace años los vecinos de A Telleira podían comprar todo tipo de artículos, incluidas telas variadas y algunas de las prendas más a la última que la propia Consuelo buscaba en los comercios de A Coruña.

Ayer, sabedores de esta sana debilidad, sus familiares la obsequiaron además de con flores, bombones y otros regalos -que ella recibió con gran alegría-, con una toquilla y un gorro «moi fashion».