Las imágenes mortuorias del retratista de la Costa da Morte tenían un valor casi notarial

La Voz

CARBALLO

Fotografía tomada de una exposición de Caamaño en Viveiro.
Fotografía tomada de una exposición de Caamaño en Viveiro. P. losada< / span>

02 nov 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

A muchos le sonarán de la película Los otros de Amenábar, pero hasta los años 50-60 en muchos lugares de Galicia y también en la Costa da Morte era costumbre retratar a los difuntos en su lecho. Son pocos o casi ninguno los fotógrafos de la zona que practicaron esta especialidad, pero entre ellos está el muxián Ramón Caamaño Bentín, el profesional de los objetivos más destacado de cuantos ha dado la comarca y cuyo legado está considerado como pura antropología en imágenes. Algunas de esas fotos suyas figuran ahora en el libro El retrato y la muerte. La tradición de la fotografía post mortem en España. Antes, ya habían sido incluidas en otro.

Caamaño fotografiaba vivos. De eso obtenía su sustento, con reportajes sociales o instantáneas de familia, pero también guardaba para sí paisajes, trabajos tradicionales, procesiones religiosas, fiestas,... Entre esa ingente colección conservada -que es una parte menor de su obra, porque la más grande la tienen sus clientes- hay aún muchos ejemplos de estos encargos post mortem, incluido el retrato de Ramona, una de sus abuelas. Según explica el yerno de Caamaño, Chete Pose, que compartió interminables horas de conversación con el creador, «naqueles tempos estas imaxes tiñan outro significado». No eran simples recuerdos, porque en muchos casos se convertían «en algo así como un certificado» para enviar fuera. «Non debía ser moi agradable enterarte da morte de teu pai por unha foto que che mandaban á Arxentina», explica, pero sí tenía un valor. Estos retratos servían como testimonio notarial del fallecimiento, para que los descendientes pudiesen obrar en consecuencia, sobre todo en lo que tenía que ver con herencias. Hoy parece impensable algo así, pero, como dice Pose, hay que tener en cuenta que antaño «moita xente a única foto que tiña era a de morto».