«Las mejores cosas de la vida las hice en un faro»

CARBALLO

El genetista Ángel Carracedo ayer por la tarde en el Faro Vilán de Camariñas.
El genetista Ángel Carracedo ayer por la tarde en el Faro Vilán de Camariñas. j. m. casal< / span>

10 oct 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Es científico. Genetista. Auténtica referencia mundial en su especialidad, pero no le faltó mucho para acabar de farero. De hecho, todos sus hermanos lo son. Dado que ayer el xalleiro Ángel Carracedo participaba en una conferencia dentro de un torneo de ajedrez que se celebra en los faros el resultado no pudo ser más que espectacular.

Las anécdotas, vivencias y sobre todo reflexiones de Carracedo cautivaron al público en Camariñas pero también en otros puntos de España y del Mundo a través de Internet. El científico, que algo sabe de la vida en soledad en medio del mar, llegó a afirmar: «Las mejores cosas de la vida las hice en un faro».

Lejos de ser una sentencia hueca, el investigador de Santa Comba recordó las partidas que jugaba con sus hermanos «con un día para cada movimiento, en las que siempre ganaban ellos porque tenían más tiempo y eran mejores» y en las que él comunicaba los movimientos en la distancia. «De aquella no había móviles, ni siquiera teléfonos en muchos sitios, pero en este faro sí. Los investigadores nobeles tampoco suelen poseer mucho dinero, por lo que las comunicaciones desde las cabinas eran cortas y del tipo: ?peón cuatro, alfil de rey?. El otro me decía: ?peón come dama?. Y yo: ?me cago no demo?. Así jugábamos», relató Carracedo para deleite y casi asombro de todos los que le escuchaban.

Al margen de estas historias más o menos simpáticas, tuvo tiempo para todo. Desde explicarle a la gente que la genética se puede practicar en casa con los guisantes hasta darle un repaso al mundo político y al sistema educativo sin morderse la lengua.

Sin embargo, buena parte de su intervención, también en la entrevista que le realizó Rosalía Fernández Rial para Internet, sirvió para hacer una oda de la calma y la reflexión. «Yo vengo de Bilbao, a las seis de la mañana me marcho para Copenhague y, en medio, esta noche, tengo que escribir un artículo sí o sí. De esta manera vivimos y eso no pasa en los faros. No hay reloj, tienes noches, tormentas, días largos,... y esto, la soledad, es un estímulo creativo en todos los órdenes de la vida», concluyó Carracedo, que tuvo guiños para su equipo y para seguidores que fueron a verlo de muchos puntos de Galicia.