El Descenso do Anllóns llevó la fiesta y la diversión hasta el río

á. p. carballo / la voz

CARBALLO

ANA GARCIA

Dieciocho embarcaciones participaron en la divertida competición

26 jun 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Los carballeses volvieron a convertir ayer su río en escenario de una de las celebraciones más multitudinarias de las fiestas del San Xoán. Y ello a pesar de que el número de armadores de esta nueva edición del Descenso do Anllóns cayó de forma considerable con respecto al año pasado. Aun así, centenares de vecinos tomaron los márgenes del cauce -especialmente en su tramo final, desde el parque del San Martiño hasta el del Anllóns- para contemplar los artilugios que este año se midieron en esta divertida competición.

En consonancia con los tiempos de crisis, los diseños fueron más bien austeros -en algunos casos, poco más que unos cuantos bidones o un par de neumáticos sujetando una estructura de madera, y mucho polyspan- aunque las tripulaciones volvieron a hacer gala de su buen humor interactuando -en ocasiones con sus pistolas de agua- con el público presente.

Amigos y familiares de los participantes, y otros muchos espectadores, siguieron a pie todo su recorrido por la senda que acompaña al río animando a los marineros o proporcionándoles consejos sobre navegación desde tierra firme («quita a chaqueta», gritaban al unísono a un niño dos progenitores estratégicamente apostados en cada orilla).

Una pescadería, un aerodeslizador y una conocida marca de lácteos probióticos fueron los motivos de inspiración de varios de los bólidos acuáticos, aunque en más de un caso resultaba complicado para el espectador determinar la intención del diseñador. Todos ellos, se enfrentaron ayer a un caudal de agua mayor que en ediciones anteriores. Pero esto no evitó que la principal preocupación de los tripulantes -aparte de esquivar las ramas y enfilar bien los puentes- fuese hacer avanzar sus embarcaciones hacia la meta. Durante el recorrido tuvieron que estar pendientes además de los dos cometidos que le encomendaron los organizadores como parte de las pruebas de habilidad: portar una esponja, customizarla y entregarla seca en la meta y pintarse las uñas y llegar con ellas así al final del trayecto.

Allí, los mejores tuvieron su recompensa: Somos unha ración (premio a la tripulación más veloz), CSI Miami (mejor embarcación), A sardiña (tripulación más simpática), Barbies Shore (segunda tripulación más simpática), Equipo Actimel (premio de habilidad y segunda mejor embarcación), y Los martes al sol y Los Simpson (accésits a la tripulación más simpática y mejor embarcación, respectivamente).