Antonio Gómez Pan: «No me preocupa mi futuro, sino el de todos mis pacientes»

marta valiña CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

El laxense ha sido uno de los médicos de Madrid obligado a jubilarse

19 may 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

El pasado 30 de abril, cuando los madrileños se disponían a disfrutar de un largo puente, 700 médicos de la comunidad, todos ellos de más de 65 años, recibieron un escueto telegrama que los instaba a presentarse en los departamentos de recursos humanos de sus hospitales y centros médicos. Era el paso previo a la despersonalizada carta de despido que les entregaron pocos días después. Setecientos médicos obligados a una jubilación forzosa que no deseaban y entre ellos el laxense Antonio Gómez Pan, hasta el pasado jueves jefe del servicio de endocrinología del hospital La Princesa.

-¿Qué le pasa a uno por la cabeza cuando se ve inmerso en una situación como esta?

-Me siento moralmente agredido por la empresa a la que le dediqué todo mi cariño, en la que trabajé más horas que las que dediqué a mi propia familia durante 38 años. Aunque ahora, personalmente, me siento aliviado, porque en los últimos dos o tres años la situación en la sanidad pública madrileña era insostenible. Han despedido, sin ética ni estética, a 700 médicos. Después de haber disfrutado de trabajar en las las mejores sanidades del mundo [Gómez Pan ejerció muchos años en Gran Bretaña] y de haber tenido una vida profesional enormemente feliz, me voy por la puerta de atrás, con una decepción tremenda. Pero lo importante no es que Antonio Gómez Pan se tenga que ir, sino que en la sanidad madrileña han quedado muchos proyectos truncados.

-¿Cómo reaccionaron sus pacientes cuando les dijo que ya no podría seguir atendiéndoles?

-La endocrinología es una especialidad que trata a enfermedades crónicas y eso hace que entre médico y paciente se cree una relación muy personal. A la primera paciente que le dije que no iba a poder seguir viéndola porque me echaban del sistema, se echó a llorar y me recordó que hacía 36 años le había curado un cáncer de tiroides.

-¿Qué supondrá esta jubilación forzosa de 700 médicos?

-Hay servicios en determinados hospitales, algunos de referencia mundial, que desaparecen, se cierran. El paciente quedará absolutamente desprotegido en algunos casos. Se va a notar mucho este año, pero las peores consecuencias las veremos dentro de 15 o 20 años, cuando notemos un enorme deterioro de la calidad de vida española. Va a ocurrir lo que ya pasó en Gran Bretaña, que tenía la mejor sanidad del mundo y ahora es de las peores de Europa. Las consecuencias serán dramáticas. Están jugando con la vida y la salud de las personas y van a crear un estado de tullidos, un estado de hipertensos, un estado de ciegos, un estado de absentistas laborales por incapacidad... Van a provocar un auténtico caos. Los pacientes van a ser mal atendidos y el sufrimiento médico y social será enorme. De manera inmediata se va a vivir un gran desconcierto y el paciente no va a saber a dónde ir. A medio y largo plazo la salud de los españoles se va a deteriorar significativamente.

-¿Podría ocurrir algo similar en Galicia?

-La jubilación forzosa también se dio en Galicia, pero lo hicieron de una forma elegante y universal. Se lo comunicaron personalmente a todos los afectados, pero a nosotros, en cambio, nos dieron una puñalada trapera, nos echaron a todos los que habíamos cumplido los 65 años, sin hacer salvedades allí donde fuese necesario. Hay unidades que no es que se vean mermados, sino que se cierran y desaparecen.

-¿Continuará ejerciendo la medicina? ¿Se plantea ahora abrir una consulta privada?

-Nunca, jamás, hice mercadeo con la sanidad y no voy a hacerlo ahora. Gracias a Dios mi futuro está garantizado en sanidad, tengo muchos planes, muchos proyectos que ahora, jubilado, podré desarrollar. No me preocupa mi futuro, sino el de todos mis pacientes.

antonio gómez pan ex jefe del servicio de endocrinología del hospital la princesa