Un cuarto de siglo al frente de Dumbría

redac.carballo@lavoz.esHarry Dorial

CARBALLO

Ramón Romero, junto al vicario (el más alto), con los jóvenes confirmados el domingo.
Ramón Romero, junto al vicario (el más alto), con los jóvenes confirmados el domingo. XESÚS BÚA< / span>

07 may 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

El enunciado puede dar lugar a equívoco. ¿Quién lleva tanto tiempo al frente de Dumbría? El alcalde, José Manuel Pequeño, parece la respuesta lógica. Pero no son 25 años, sino 30. Los cumple dentro de nada, el día 23 de este mes. Tres décadas de regidor, nada más y nada menos. Quedan ya pocos así de longevos en Galicia, y sin haber cumplido los 60 años (aún le queda) es el único. Los que fueron compañeros de corporación todos estos años, unas treinta personas, le rendirán un homenaje en el restaurante As Pías de Olveiroa el día 25. Pero esa es otra historia que ya se contará.

La que nos ocupa es la de los 25, esas bodas de plata. Y esos son los años que lleva el sacerdote Ramón Romero Carril al frente de la parroquia de Dumbría. Parecen muchos, y en verdad lo son, pero entonces, ¿qué se puede decir de los 35 que lleva ya en las vecinas Berdoias (Vimianzo) y Berdeogas, en el mismo municipio? Pues que son muchos más.

No es Ramón hombre de festejar efemérides ni hacer grandes fastos con nada, pero aprovechando que el domingo ofició el sacramento de la confirmación a 19 personas (14 jóvenes y 5 adultos) hizo cuentas y recuentas. Y le salieron esas bodas de plato locales. No solo eso, sino que, curiosamente, el vicario de la diócesis que los acompañaba, Víctor Maroño, también había acudido a Dumbría cuando Romero tomó posesión de la parroquia. Y eso sí que ya es más casualidad. Ambos echaron la vista atrás a aquel 1988, que parece que ha volado.

Lo de las cuentas tiene más historia. Por ejemplo, en estos 25 años, Ramón ha bautizado a 88 niños. Sale una media escasa, vivo ejemplo de la mínima natalidad que caracteriza a la mayoría de los concellos de la Costa da Morte, lo que sumado a la elevada mortalidad por el alto índice de envejecimiento (crecimiento vegetativo negativo) da como resultado un panorama demográfico de sobra conocido, agravado por la emigración que repunta, de la que por supuesto no se escapa Dumbría ni casi ningún municipio de la zona. De hecho, de esos 88 nacidos en la parroquia, 22 están fuera, ya sea en otra localidad de la comarca, de España o en el extranjero. Pero los otros 66, de entre 14 y 25 años, siguen todos ellos en la capital municipal. En todos los casos han pasado por el colegio de Santa Eulalia, pero antes no era así. «Cando eu cheguei aínda non se fixera o colexio, nin había as pistas que hai agora», recuerda. La educación, señala, fue siempre para él un caballo de batalla, de ahí que se mostrara tan activo y vehemente cuando, hace 15 años, la Xunta echó por tierra las posibilidades de que se impartiera la ESO en el centro. Notable también fue su participación en la defensa de los caseros de Berdoias, otra lucha en la que los afectados tuvieron más suerte y, con los años, fueron regularizando su situación.