Talento de la Costa da Morte en la emigración

Harry Dorial / M. P. Valle

CARBALLO

El gaiteiro Carlos Núñez presentó su nuevo disco en Basilea acompañado por los miembros del grupo tradicional Semente.
El gaiteiro Carlos Núñez presentó su nuevo disco en Basilea acompañado por los miembros del grupo tradicional Semente.

23 abr 2013 . Actualizado a las 10:41 h.

El gaiteiro Carlos Núñez está de gira por Europa, presentando su nuevo disco Discover, que vio la luz a finales del año pasado. Suiza es una de sus paradas habituales, y en concreto Basilea, una ciudad plena de cultura, que ama la música folk y que organiza festivales de prestigio. También tiene un centro gallego, Sementeira, que ya alcanza las tres décadas de vida, muy vinculado con la Costa da Morte desde su primer presidente, el muxián Bautista Pose Paz, hasta el actual, Ramón Carreira Collazo, natural de la parroquia carballesa de Oza. ¿Y qué tiene que ver lo uno con lo otro? Pues que el célebre músico, en su concierto celebrado en el Volkhaus basileano, se ayudó de intérpretes del grupo tradicional Semente y, por tanto, de la comarca. En concreto, sobre el escenario estuvieron Tania y Yessica Martínez, hermanas y responsables de la agrupación, además de pandereteiras. Carlos Núñez tocó acompañado por doce gaiteiros. Al menos uno de ellos, de 12 años, es hijo de un emigrante de Braño (Carantoña), que también forma parte del núcleo duro de Sementeira, y antes del Consejo de Residentes Españoles. En Sementeira hay socios de toda Galicia, y cada vez más (cuenta Ramón Carreira que siguen llegando, sobre todo ahora que se abre la temporada de la construcción), pero los de Bergantiños y alrededores mantienen su peso específico. Ocurre en general en todos los centros gallegos suizos. Por citar una de las novedades, la presidencia del de Zug estaba en manos de un malpicán y hace poco pasó a un cercedense.

Uno de los que regresan de nuevo a Suiza es el carballés José Manuel Fernández Fraga, Carballás, vocal en la junta directiva de la asociación Santa María de Traba (Coristanco). «Marcha de novo, pero deixamoslle moi claro que lle gardamos a praza», explicaba ayer el secretario de la entidad, Juan Carlos Villar Angeriz.

Carballás se marchó a trabajar a Suiza siendo un chaval y regresó a Coristanco hace ya 25 años. Jamás pensó en volver a emigrar, pero la vida, ya se sabe, da muchas vueltas, y José Manuel ha vuelto a hacer las maletas. Regresa a Suiza, a la misma empresa y al mismo puesto que dejó hace cinco lustros. «Hai que buscarse as fabas de cara á xubilación», contaba Juan Carlos Villar, que, como sus compañeros de la asociación, va a echar mucho de menos al responsable de coordinar las actividades de la entidad y también tesorero suplente.

Para desearle muy buena suerte en su nueva andadura suiza, le organizaron una merienda sorpresa repleta, cuentan, de «anécdotas e risas». Y también de regalos, desde el más «serio», un bolígrafo grabado, que le entregó el presidente de la asociación, José Antonio Facal Paredes, hasta los más divertidos, como el sombrero y la servilleta que luce en la fotografía. El primero, para no olvidar jamás que tiene que regresar a España, el segundo para recordar siempre cómo se hace el caldo gallego.

Música

José Manuel no es el único que ha hecho las maletas para buscarse las habichuelas lejos de casa y cada vez son más los jóvenes que se suben al tren de la emigración. Es el caso de Pedro Caxade, compositor y cantante, muy ligado a la comarca de Bergantiños. «Mi padre trabajó durante muchos años en Calvo y yo pasé muchísimos veranos en Laxe, como monitor en los campamentos de la Cruz Roja», cuenta desde Londres, donde reside desde hace dos años y donde acaba de lanzar un sencillo titulado El emigrante y en el que resume la historia de muchos jóvenes. «Aunque soy un emigrante, tengo la vida por delante, y estoy viviendo al instante, no tengo miedo a luchar», dice en el estribillo de esta optimista canción con ritmo reggae. «Cada vez aterrizan más gallegos en Londres buscando un futuro», asegura Pedro, que ha elegido su apellido como nombre artístico. «En El emigrante he tratado de plasmar el cambio generacional que ha habido en la emigración y he querido hacerlo con optimismo, con buen rollo, diciendo que aunque estemos emigrando tenemos más formación y más capacidad para enfrentarnos al mundo», explica Caxade, quien reconoce que los comienzos fuera de casa nunca son fáciles, «pero poco a poco todo se va asentando».

Pronto iniciará una gira que confía en que también le traiga a la Costa da Morte. «Amo Galicia con todo mi corazón y confío en volver a mi tierra, pero también deseo que la emigración se convierta en una plataforma para que los españoles nos internacionalicemos. Debemos aprovechar para que fuera vean el talento que tenemos», dice.