La cascada arrastró a miles de personas hasta O Ézaro
31 mar 2013 . Actualizado a las 08:00 h.Los atractivos paisajísticos y festivos de la Costa da Morte pudieron con el mal tiempo de la Semana Santa, con la excepción de la tregua de ayer. El caso más llamativo, con diferencia, fue la cascada de O Ézaro. El viernes miles de personas desafiaron a la lluvia desde las primeras horas de la mañana y abarrotaron los accesos a la desembocadura del Xallas, mucho más nutrida de lo habitual gracias al desembalse de Santa Uxía. En algunos momentos, las largas colas de vehículos provocaron colapsos circulatorios. La iluminación nocturna (finalmente comenzó antes de las 22.30 horas y terminó más tarde de las 24.00) congregó a centenares de visitantes, deseosos de ver un espectáculo excepcional. Decenas de cámaras y teléfonos móviles trataban de recoger, en los graderíos y los miradores, una imagen que pocas veces está tan accesible.
Ese mismo día, en Fisterra pudo salir la procesión, tras dos años frustrada por la lluvia. Había ganas, y se notó en la afluencia. El remate, ya cerca de la 1.30 junto a la iglesia, fue estremecedor, por el silencio y el camino de la procesión marcado por grandes velas.
El castillo de Vimianzo, habitual parada de turistas durante estas fechas, atrajo a más de mil personas entre el jueves y el viernes. La Mostra do Encaixe de Camariñas ha despachado más entradas que el año pasado, sobre todo el viernes. El Museo da Pesca de Fisterra, reabierto, también ha logrado una buena afluencia, aunque no tanta como el Museo da Electricidade de O Ézaro, beneficiado por la cascada.
A las instalaciones del Cabo Vilán de Camariñas accedieron el viernes casi 400 personas. Por las Torres do Allo, finalmente, no pudo pasar nadie: aunque estaba prevista su apertura estos días, finalmente hubo que suspenderla. Y el Cabo Fisterra vivió los habituales abarrotes, aunque hoy habrá más.