Belén, de Cee, es ingeniera técnico industrial y lleva dos meses en el paro. Su especialidad es la electrónica y lleva una hora en la cola para entregar su currículo en la oficina de Mineira de Corcoesto. Su perfil era desconocido hasta ahora en las oficinas del paro de la zona, pero a estas alturas de la crisis empieza a abundar. Junto a ella está Vanessa, licenciada en Químicas. Hace un año que no trabaja. Su último puesto fue en un laboratorio de Teixeiro. Más raro aún es lo que le ocurrió a Belén, de Carballo, que hasta hace seis meses era arquitecto técnico en un concello de la zona. Las limitaciones del Gobierno central para contratar la han llevado al desempleo.
Junto a ellas hay muchos hombres. La mayor parte proceden de la construcción. De ahí viene Alfonso, de Zas, que ha sido desde operador de grúa hasta encofrador. La mayor parte llevan años en busca de una ocupación y pocas son las oportunidades que hay, por lo que vuelven puntuales para la charla, con diapositivas, que va aparejada a la toma de datos. Los convocados para hoy entregaron su historial laboral el miércoles y los que lo han hecho hoy tendrán que ir mañana a la hora convenida.
Llama la atención un muchacho que parece un adolescente, a pesar de que ya ha cumplido los 20. Es de Coristanco y no quiere dar su nombre. Acabó la ESO y no ha llegado a trabajar.
En otro grupo tres chicas señalan que ya mandaron sus currículos al Concello de Cabana y que también se dirigieron a Adecco, la empresa que hace la selección, pero les hicieron volver a llevar la documentación.