Reclaman programaciones estables que generan interés y hábito entre los vecinos
17 feb 2013 . Actualizado a las 07:00 h.El esfuerzo y el dinero invertidos para crear una amplia red de espacios culturales por toda la comarca -y por toda Galicia en general- no se ha traducido en muchos casos en un aprovechamiento real de los mismos, ni han venido acompañados de una programación estable que garantice su aprovechamiento y el disfrute por parte de la población. Esta es una de las principales conclusiones a las que han llegado el grupo de artistas de la Costa da Morte reunidos por La Voz de Galicia y Radio Voz Bergantiños para hacer balance de la situación actual del mundo del espectáculo en la zona.
Creadores procedentes de ámbitos diversos, como el guitarrista y profesor Sergio Franqueira, la actriz y animadora cultural Tamara Lema, la cantante y profesora de teatro Silvia Losada, el trompetista y director de la orquesta Los Satélites, Javier Saavedra, la vocalista del grupo The Cerne, Belén Rey, y el monologuista Rober Bodegas realizaron un interesante y por momentos muy crítico retrato de un mundillo que tampoco se libra de los efectos de la crisis.
«Fixéronse moitos centros culturais, pero moitos deles están pechados porque non hai cartos nin para pagar a un conserxe que os abra. Hai veces que non se pode actuar nin gratis», denunció Franqueira, quien llamó también la atención sobre la importancia de disponer de unas programaciones culturales estables: «Se a xente sabe que todos os domingos hai un concerto ou unha obra de teatro acudirá», destacó el guitarrista, quien, a modo de anécdota, citó el caso de unos amigos músicos contratados para tocar en un concello que cuando llegaron al lugar de la actuación se encontraron con que estaba cerrado y nadie había sido avisado para abrir el recinto.
Valorar lo propio
Del mismo modo Rober Bodegas apuntó que «falta tamén público que valore este tipo de propostas», aunque se mostró optimista acerca de la posibilidad de corregir esta situación. Y para ilustrar esta idea, puso el ejemplo de cómo el balonmano, «sin ser un deporte maioritario», ha conseguido convertirse en un referente en Carballo gracias a la identificación de los vecinos con el equipo y al valor que han acabado por darle. «Habería que conseguir trasladar isto ás artes, que se potencie a afección aos espectáculos», reclamó el cómico.
Para Saavedra es importante también que las propuestas culturales no sean algo puntual: «Un artista -indicó- precisa de regularidade porque tamén aprende nas actuacións. Se baseas o teu traballo pensando nunha única actuación non progresarás. Non podemos ter o mellor actor ou a mellor orquestra se só actúan unha vez ao ano. Fan falla máis oportunidades de actuar porque senón o público non colle a dinámica de asistir aos actos e non sabe onde ir», reclamó el director de Los Satélites.
«Hai que traballar desde a base, desde a infancia, desde os tres anos para que haxa cultura», apuntó por su parte Silvia Losada, quien reclamó al igual que sus compañeros un esfuerzo por valorar la labor de los creadores locales. «A min encántame ver grupos de teatro de fóra e pago por ilo, pero hai que darlle tamén unha oportunidade á xente de aquí». «Temos que convencernos de que somos un produto e de que temos valor, seguir formándonos e traballar xuntos», añadió Tamara Lema.
¿Cultura gratis o de pago?
Los artistas también aprovecharon el encuentro para abordar la cuestión del precio de las entradas y del valor de la cultura e indicaron que, aunque la mayoría de sus espectáculos son gratuitos o muy asequibles, hace falta trabajar en este sentido para que el público los valore.
Al respecto, Rober Bodegas argumentó que no se trata de un problema de dinero, sino de sensibilidad. Así señaló que la gente no debería considerar cara una entrada de 3 o 5 euros si en ocasiones está dispuesta a pagar 80. «O problema non é pagar; é que se reduce a cultura a vinte artistas e ao resto non se lle dá valor. Aquí non se promociona o cine, promociónase a Penélope Cruz, ao igual que non se promociona o tenis, senón a Rafa Nadal», señaló para ejemplificar la necesidad de fomentar la sensibilidad por una disciplina en su conjunto y no solo por alguno de sus representantes.