San Valentín y el amor se resisten a la crisis

CARBALLO

14 feb 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Según un viejo proverbio, la línea entre el amor y los remordimientos es tan fina que muchas veces es difícil saber si los regalos de san Valentín deben meterse en un saco o en el otro. En realidad no se trata de un refrán, sino de la reflexión de un pícaro y veterano joyero ya retirado que a lo largo de su vida laboral asegura haber visto de todo. Lo mejor: jóvenes perdidamente enamorados que invertían todos sus ahorros para sorprender a su amada. De lo peor, mejor no hablar. Y menos hoy que, sí, ya ha pasado un año, vuelve a ser el Día de los Enamorados. Los corazones colorados que anuncian el San Valentín adornan desde hace días los escaparates de muchos comercios y los más previsores encargaron hace días hermosos ramos de flores. La mayoría, cuenta Esther Capelet Cambón, de la floristería carballesa Tropicana, vuelven a optar por las rosas (rojas, por supuesto), aunque las orquídeas también se han hecho un hueco entre los regalos de los enamorados. «Aínda quedan moitos románticos», cuenta Esther, consciente de que aunque la crisis también afecta al amor, todavía tiene muchos clientes fieles al 14 de febrero. «Hai moitos que todo os anos mandan un ramo á súa parella», dice. Los hombres son mayoría a la hora de comprar flores, pero cada vez son más las chicas que se animan a sellar su amor con una planta.

Sobre todo las jóvenes, para las que los peluches son también el regalo perfecto. La crisis aprieta y muchos han optado por los bazares multiproducto a la hora de elegir la forma de demostrar su amor. «Los chicos y las chicas jóvenes son las que más se animan a comprar corazones y peluches, pero también colonias y otros detalles», explica con una sonrisa Yong Mei Zheng, del Super Mundo Internacional, quien todavía se sorprende de que en occidente se celebre el día de los enamorados el 14 de febrero. En su China natal el amor se conmemora la noche del séptimo día del séptimo mes lunar y las luciérnagas son el regalo estrella (la leyenda que dio origen a este día, el Qixi, es preciosa, así que si tienen oportunidad no dejen de echarle un vistazo en Internet).

A este lado del planeta lo que realmente se lleva por san Valentín es regalar joyas. O se llevaba, porque tal y como están las cosas ni el amor es capaz de hacerle frente a la crisis. «Las ventas han bajado mucho y en la actualidad solo parecen dispuestos a hacer un esfuerzo los más jóvenes», se lamenta el joyero carballés Raúl Franco Pose, quien confirma que el de San Valentín era hasta hace unos años uno de los mejores días para su gremio. «Incluso se vendía más que en Reyes», cuenta.

Por fortuna, añade, muchos clientes siguen renovando su amor con una joya, aunque ahora opten por productos más baratos.

«Se vende mucho por san Valentín, pero la gente mira mucho el precio», confirma la joyera carballesa María Seoane Caamaño. «Tenemos clientes que vienen todos los años», asegura mientras en el comercio atienden, precisamente, a uno de los incondicionales de san Valentín, cuya esposa recibirá hoy un precioso reloj. «También viene gente muy joven, pero con mucho amor, que ahorran durante meses para poder sorprender a su pareja», cuenta María, quien recuerda que tal día como hoy «lo que importa es el detalle, no el gasto que se haga».

Detalles en muchos casos picarones, porque cada vez son más los que optan por la lencería más llamativa. «Compran ellos, para regalar y también ellas, para sorprender», explica Ana Belén Fraga Taibo, de Centro Media. Encajes, ligueros y otras prendas que hagan de la noche de San Valentín (o el día, por qué no, inolvidables.

Aquellos a los que se les haya olvidado que hoy es 14 de febrero todavía están a tiempo, pero si prefieren fechas alternativas no está de más recordar que el Día de los Enamorados se celebra el Brasil, por ejemplo, el 12 de junio. En Bolivia es el 23 de julio y en Egipto el 4 de noviembre. Pero ya saben que en realidad todos los días son perfectos para disfrutar del amor.