La Costa da Morte está repleta de talentosos deportistas. Chavales que demuestran a diario que ya está bien de hablar de jóvenes desganados y sin intereses que solo piensan en botellones, y veteranos (eso es lo que dice la categoría en la que compiten) que se mantienen en mucha mejor forma que sus compañeros de generación gracias a su pasión por el deporte. La comarca está repleta de atletas con mucho futuro y prueba de ello son los buenísimos resultados que varios vecinos de la comarca registraron el pasado fin de semana.
Es el caso del carballés Xoán Toja Mariño, cuya destreza en el deporte tiene parte de genético, porque sus padres, Juan Toja y Beatriz Mariño fueron campeones de España en atletismo. A Xoán, en cambio, no le dio por correr, sino por nadar y a sus casi 14 años (los cumplirá en abril) ya ha ganado numerosas medallas. Las últimas (plata y bronce en las pruebas de 100 y 50 metros libres) en el campeonato gallego de natación infantil y júnior que se celebró el pasado fin de semana en Ourense. El deportista, que forma parte de la asociación deportista Fogar y del equipo que entrena Gustavo Álvarez, es, además, un gran estudiante. «Saca notazas», dice con lógico orgullo su madre, quien asegura que el deporte, pese al sacrificio que supone -«tienen que entrenar todos los días y durante varios horas»- tiene unos efectos muy positivos en los adolescentes. «Aprenden a ser disciplinados y a organizarse, son chavales a los que no les importa hacer un sacrificio porque saben que tendrá una recompensa y, además, hacen muchísimos amigos», asegura Beatriz Mariño. Son jóvenes, explica, a los que les va la vida sana y aprenden muy pronto el valor del trabajo en equipo, dos grandes virtudes. «Xoán está deseando que lleguen las competiciones y no solo se muestra feliz cuando gana medallas, sino también cuando se supera a sí mismo y logra buenas marcas», cuenta Bea.
Otro gran ejemplo de adolescente con la cabeza bien amueblada es el cormelán Francisco Rodríguez Bugallo, que llegó al atletismo casi por casualidad (empezó en el fútbol, también con mucho éxito) y ahora rara es la prueba en la que no consiga medalla. El pasado sábado, por ejemplo, participó en el Campionato Galego Xuvenil e Junior y regresó a casa con dos medallas de bronce (en 50 metros y 200 metros). Francisco, que forma parte del Club Atletismo Riazor, compartió uno de los podios con otro otro deportista de la comarca. Martín Liste Viaño, de Atlética A Silva, se coronó como subcampeón en la prueba de 50 metros a solo una centésima del ganador.
En A Coruña triunfó también, en su caso en el Campionato Galego de Veteranos, la atleta vimiancesa Teresa Castro Villaverde, que logró el oro en la prueba de 3.000 metros. Ella, sin embargo, le resta importancia a su victoria e insiste en defender el deporte como una terapia. «O importante non é competir nin gañar, o importante é que a xente se anime a facer algo de exercicio, porque o sendentarismo e a obesidade son unha praga», explica Teresa, doctora de profesión. Siempre recomienda a sus pacientes que se calcen unas zapatillas cómodas y, cuando menos, se animen a caminar todos los días. Si pudiese, incluso haría recetas especiales recomendando el deporte, que ella practica desde muy joven. «Deixei o atletismo cando estaba coa carreira e volvín en serio hai uns tres anos, porque me encanta e para min é coma unha terapia. Volvín con moitas ganas», explica Teresa, quien reconoce que hacía mucho tiempo que no corría en pista cubierta. «Son moito máis divertidas as carreiras populares e nas probas de veteranos hai sempre moi bo ambiente», cuenta Teresa, cuyo esposo, el alcalde vimiancés, Manuel Antelo Pazos, es su mayor fan.
La doctora-atleta insiste continuamente en los beneficios del deporte y se empeña en restarle méritos a sus éxitos. «O importante non é quedar de primeira ou facer un bo tempo, para min o importante é concienciar á xente do bo que é para a saúde facer un pouco de exercicio», dice. El deporte, defiende, es una gran medicina.