Un Pazo abarrotado aplaudió los bailes de la Escola da Rúa

m. v. c. CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

Unos 70 alumnos se movieron con los ritmos comerciales más actuales

04 feb 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

No hay mejor motivación para los artistas que un público con predisposición a pasarlo bien. El auditorio principal del Pazo da Cultura se llenó ayer de familiares y amigos orgullosos de los 70 alumnos de baile moderno de la Escola da Rúa. Antes de comenzar el espectáculo ya probaban a encuadrar el escenario con sus cámaras de vídeo y móviles, para no perderse ni un segundo a la hora de la verdad.

Un poco más tarde de lo previsto, seis de las bailarinas se decidieron a presentar la actuación. De forma breve, con la voz entrecortada y con risitas nerviosas dieron a conocer el espectáculo. Fue una intervención corta porque lo que más deseaban hacer era moverse al ritmo de la música.

Las más aplaudidas, quizás, fue un grupo de nueve chicas de entre 13 y 16 años que interpretaron Lose my breath, una canción popularizada por Destiny?s Child. Las carballesas no tienen nada que envidiar en los movimientos a Beyoncé y compañía, y entre el público había comentarios de «¡qué bien lo hacen!» o «se nota que son las mayores».

Si ellas se llevaron la gran ovación, los suspiros del público los recibieron los benjamines, que interpretaron Baby y No hay dos sin tres, el tema que se convirtió en banda sonora de la pasada Eurocopa. El auditorio aplaudió su gracia y acompañó con palmas el ritmo de la música.

En general, no faltó la música más comercial del momento, de esa que se escucha hasta la saciedad en cualquier pista de baile. Los protagonistas fueron, por un lado, los ritmos llegados del Caribe, con el reggaeton y sus sugerentes movimientos como bandera, y letras que suben la temperatura a este frío inicio de febrero. Y si el calor llega, nada mejor que complementarlo con sonidos llegados de tierras americanas. Rihanna, Jennifer López o Paulina Rubio pusieron voz a los contoneos de los bailarines.

Finalmente, Moving, una canción de Macaco que traslada a cualquiera al más puro verano sirvió para despedir de manera conjunta el festival musical de la Escola da Rúa. Solo tres chicos se atrevieron a subirse a las tablas porque lo demás eran todo niñas. Es la asignatura pendiente de los carballeses. Dejar de mirar y apuntarse también al baile moderno para ponerse a la altura de las chicas.

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