Es gratificante ver que cada vez son más los concellos que se han dado cuenta de lo positivo (y barato, por cierto) que puede ser poner en valor su patrimonio cultural, artístico e histórico. El de Muxía es (desde hace tiempo, todo hay que decirlo) uno de ellos. El viernes, por ejemplo, inauguraban una exposición con los trabajos de artistas muxiáns y carballeses, y ayer disfrutaban de la segunda jornada dedicada a los monasterios de la localidad. Y esta vez los participantes disfrutaron en todos los sentidos, porque el mal tiempo dio una tregua a la comarca y lució el sol, lo que les permitió ir caminando desde el Concello de Muxía hasta el conjunto monumental de San Xiao de Moraime, donde el antropólogo Manuel Vilar Álvarez ejerció de guía y les explicó la historia del lugar. Contó, por ejemplo, que del monasterio románico del siglo XII solo se conserva, por desgracia, la iglesia, lugar en el que proyectó varias imágenes. También contó la relación del edificio benedictino con los condes de Traba o cómo el propio rey de Galicia Alfonso VII llegó a buscar refugio en el monasterio muxián durante las luchas entre sus partidarios y los de su madre, la famosa Urraca. O cómo el monasterio fue saqueado por los normandos y los sarracenos. Una visita enriquecedora y además disfrutando, por fin, de un día de sol. ¿Qué más se puede pedir? Es un gran ejemplo que no estaría nada mal que copiasen otros ayuntamientos de la Costa da Morte.
Regreso a las raíces
El fisterrán José Fernando Carrillo Lago, fundador de Buceo Finisterre e hijo del exalcalde Fernando Carrillo Ugarte está viviendo estos días una experiencia que, según cuenta él mismo, es en muchas ocasiones «imposible de describir». Ha cruzado el Atlántico (como buen marino que es, de océanos sabe mucho) para disfrutar de unas vacaciones mágicas que, además, le están permitiendo conocer un poco más de sus raíces, porque José Fernando se ha ido con su novia, Celia Pérez Trillo a conocer Perú, país del que es originario el exregidor fisterrán.
Un viaje inolvidable -da mucha envidia ver las fotos que ha ido colgando en su página de Facebook- que le ha llevado da conocer los lugares más mágicos del estado sudamericano, uno de los países con mayor diversidad biológica del mundo y paraísos como el Machu Picchu, un antiguo poblado inca construido en el siglo XV, considerado una obra maestra de la arquitectura y de la ingeniería e incluido en la lista de Patrimonio de la Humanidad desde 1983. «Un lugar digno de ver e imposible de describir. Impresionante», resume José Fernando junto a una instantánea del lugar, una de las siete maravillas modernas.
El viaje a Perú también le ha permitido conocer lugares como la ciudad de Cuzco o el Valle Sagrado de los Incas, en los Andes peruanos. Una experiencia única que le ha permitido conectar con sus raíces.