La primera tromba de agua del otoño deja inundaciones en Cee

Juan Ventura Lado Alvela
juan ventura Lado CEE / LA VOZ

CARBALLO

Los operarios del Grumir trabajaron en varias calles
Los operarios del Grumir trabajaron en varias calles MARCOS RODRÍGUEZ

Un taller y una tienda de pesca quedaron anegados debido a las lluvias

11 oct 2012 . Actualizado a las 07:10 h.

Las intensas precipitaciones de la jornada de ayer, especialmente las registradas al filo del mediodía, hicieron resurgir el problema de las inundaciones en el casco urbano de Cee. Fue la primera gran tromba de agua desde que se inició el otoño y sus consecuencias se dejaron sentir de manera especial en dos puntos que son críticos cada vez que se presenta este problema, el cruce de Roget de la avenida Fernando Blanco y la calle Estatuto de Autonomía, delante de la tienda de Euronics.

En la primera de las zonas, los operarios del Automociones Torrente, ubicado en el número 7, vieron como el agua rezumaba por dentro del propio negocio, aparte de entrar desde la calle, por lo que tuvieron que servirse de escobas y fregonas para dejar el negocio accesible y evitar así daños mayores en las instalaciones. Mientras, a solo unos metros, en el número 15, el propietario de la tienda de pesca O Campanu se topó, como tantas veces en los últimos dos años, con que la tapa de alcantarilla situada frente a su negocio cedía ante la presión y se inundaba el tramo de calle. Aunque durante la tromba del mediodía el interior del local no se vio afectado, por la tarde la lluvia sí entró en el establecimiento y además de manera abundante, con lo que, a efectos comerciales, fue una jornada de ventas perdida, debido a la falta de condiciones para que entrasen los clientes.

En cambio, en la calle Estatuto de Autonomía esta vez los efectos se dejaron sentir bastante menos. La alcantarilla situada delante de la puerta de Euronics dejó salir una cantidad importante de agua procedente de las canalizaciones pluviales, pero la tapadera no llegó a saltar en ningún momento y la afectación de la zona, pese a que se formó una gran balsa junto a la acera, resultó menor que en ocasiones anteriores.

En ambos casos, prácticamente los primeros en llegar al punto fueron los operarios del Grumir, que hicieron todo lo posible durante la mañana y parte de la tarde para facilitar el desagüe y que, tanto los comerciantes como los vecinos, se viesen lo menos perjudicados posible.

Según explicaron los trabajadores, mientras valoraban en el punto la posibilidad de realizar un bombeo si la situación empeoraba, estos problemas se producen fundamentalmente cuando las lluvias intensas coinciden con la marea alta porque la zona del Recheo pierde su capacidad de drenaje.

En cualquier caso, apuntaron que las complicaciones son muy inferiores a las que se producían años atrás y que, a medida que se recupere la vegetación en el monte calcinado en el 2006 la escorrentía se reducirá y las inundaciones también.